Las conductas disruptivas y los comportamientos impulsivos son algunos de los
comportamientos característicos de los niños hiperactivos. Más allá de la
consulta con un especialista, los padres pueden ayudar intentando una serie de
ejercicios junto a los pequeños.
Ejercicios de relajación para niños hiperactivos
1.- Realizar respiración con el diafragma. Inspirar de manera muy lenta y dejar
escapar el aire de modo muy suave. Reiterar varias veces.
2.- Tumbarse boca abajo y encoger brazos, piernas y cuello. Mantener unos
instantes y estirar las extremidades hasta lograr una buena relajación. Este
ejercicio puede desarrollarse a modo de cuento.
Se le puede decir al niño de
jugar a las tortugas ya que la posición se asemeja a la de este animal. Cuando
se encoje estará escondiéndose en su caparazón y cuando se relaja habrá salido
de él.
3.- Hacer de cuenta que se está realizando una carrera con el niño. Comenzar a
caminar de manera muy lenta, como si se estuviera avanzando en cámara lenta,
ejercitando los músculos de las piernas y brazos de modo muy lento. Este
ejercicio será muy útil para controlar la impulsividad.
4.- Colocar una pelota pequeña en la mano y apretar y aflojar. El niño irá
liberando las
tensiones
y distinguiendo el momento en el que se tensa y relaja.
Es importante que mientras el niño hace el ejercicio, los padres puedan
explicarle lo que va pasando.
Recomendaciones para padres de hijos hiperactivos
Las técnicas de relajación le permitirán al niño hacer frente a las situaciones
cotidianas que el generan ansiedad y tensión.
“Estos ejercicios requieren de mucha paciencia ya que es probable que las
primeras veces que se desee establecer una rutina de actividades, el niño no se
concentre o se niegue.
No es bueno obligarlo ni mucho menos presionarlo. Hay que
estimulando con una buena disposición y siempre orientando los ejercicios como
si se tratara de un juego. Es fundamental no dejar al niño solo ni limitarse a
darle instrucciones.
Los adultos deben compartir los ejercicios y hacer que el
pequeño se sienta cobijado por su entorno. Esto le brindará no solamente
compañía sino confianza en sí mismo y seguridad en lo que hace”,
sostiene la psicopedagoga argentina Cecilia Alameda.
La familia de un niño con hiperactividad debe caracterizarse por ser tranquila y
sobre todo, disponer de mucha paciencia y constancia ya que lo que destaca a
estos pequeños es la pérdida de control y la impulsividad exagerada que los
invade.
Si los padres gritan y demuestran que pierden fácilmente el control, no
se estará ayudando a su bienestar.