Todos hemos
tenido la experiencia de encontrar situaciones difíciles, en las que no hemos
podido responder las preguntas realmente importantes para el futuro de nuestro
dinero, como: ¿Debo comprar acciones de X?” ”¿Debo confiar en este asesor
financiero?” ”¿El mercado de valores ha tocado fondo?”
Puede parecer una situación que no depende de la intuición, pero las respuestas
a estas preguntas en realidad provienen de la parte derecha de nuestro cerebro,
relacionada con la intuición, y no del lado izquierdo, el más analítico.
La intuición también es responsable de gran parte de los momentos en que
experimentamos cierta claridad en cuestiones complicadas. Si esto le sucede a
cuando está considerando una decisión de inversión, es sin duda el momento de
prestarle atención.
Desafortunadamente, para la mayoría de la gente, la verdadera intuición
sólo se
presenta forma esporádica. La clave es aprender a aprovechar estos "poderes" y,
en última instancia, que esto le ayude a tomar mejores decisiones de inversión.
Estos son los 5
aspectos principales que te ayudarán a desarrollar tu intuición acerca de las
inversiones:
1
– Entender que existe un método
Para acceder a la intuición primero tiene que ser capaz de entrar en un
estado meditativo. La mayoría de la gente cree que se necesita ser una especie
de chamán para meditar, pero no es cierto. La prueba de que en realidad todos
meditamos son los pensamientos que realizamos al hacer ejercicio, trabajar en el
jardín, cocinar, pasear al aire libre, bañarnos, etc.
Estas actividades son momentos en los que todos experimentan un estado de
meditación, donde la intuición aparece de manera natural, y generan una
distracción suficiente como para que el lado izquierdo del cerebro se desconecte
y nos deje en un estado de meditación en el cual podemos acceder fácilmente a
nuestras intuiciones de inversiones inteligentes.
Así que, si quiere saber si conviene o no comprar acciones de Apple, lleve
a cabo actividades de meditación. Cuando esté en ese estado, podrá tener una
visión más clara sobre el nivel general de precios de Apple o el efecto de la
muerte de Steve Jobs.
2 –
Conocer la diferencia entre una emoción y un presentimiento
La intuición se comunica a nuestras mentes a través de presentimientos. Piense
en esos momentos en los que tenía un mal presentimiento acerca de algo. Estos
son presentimientos y no emociones.
Desafortunadamente, la mayoría de no sabemos cómo conectarnos con estas
sensaciones puramente intuitivas. Por el contrario, filtramos nuestros
presentimientos para adecuarlos a nuestras preferencias sobre cómo deberían ser
las cosas, y transformamos nuestros presentimientos intuitivos en emociones.
Un ejemplo podría ser pensar que nuestro amor (una emoción) hacia Apple y Google
como clientes implica que no es necesario evaluar la inversión objetivamente.
En
este caso estamos siendo influidos desde el principio por nuestros sentimientos
hacia Apple o Google. Lo ideal es tener un presentimiento sobre las dos
compañías. Por ejemplo, podría decir: por más que me gusten estos dos
gigantes de la tecnología, siento que su mejor momento ya pasó.
Como ve, una vez que se introduce un perjuicio emocional, ya no se estarán
teniendo en cuenta los presentimientos, por lo que el poder de la intuición se
enturbia o se pierde por completo. En cambio, terminamos racionalizando nuestros
sentimientos intuitivos, para que se ajusten a nuestras preferencias: Quiero ser
dueño de Apple y Google porque me caen bien.
Corregir este problema requiere de conciencia. Para acceder a la intuición para
invertir, tenemos que ser capaces de experimentar las cosas tal como son, y no
por lo que nos gustaría que fueran.
3 –
Ser consciente de su ego
Para protegernos, tenemos una mente egotista, o el ego. Cuando se usa
correctamente, el ego nos permite separarnos del mundo que nos rodea, y proteger
nuestros presentimientos intuitivos.
Un ejemplo de un ego potencialmente saludable sería cuando se entera de una
noticia impactante que pueda afectar a sus inversiones, y deja de lado sus
emociones y trata de racionalizar lo que está sucediendo.
Desgraciadamente, la mayoría de la gente no maneja su ego concientemente, por lo
que viven parcialmente desconectados del mundo y de las intuiciones que este
proporciona.
Así que cuando los mercados de bienes raíces estaban claramente
sobrevaloradas en 2008, muchos de racionalizamos los precios exorbitantes
de las casas como si estuvieran dentro de lo razonable, y seguimos invirtiendo
en el mercado de valores a pesar de que también estaba claramente sobrevalorado.
Para acceder mejor a nuestra intuición para las inversiones, tenemos que ser
capaces de entender nuestras respuestas emocionales ante los eventos, las
personas y las situaciones. ¿Estamos ansiosos? ¿Estamos racionalizando? ¿Estamos
en una ola de euforia?
Tomar conciencia sobre
nuestro ego, nos permitirá separar nuestros presentimientos de las emociones, y
la verdad de la ficción.
4 –
Establecer expectativas apropiadas
Un gran obstáculo para poder aplicar la intuición en las finanzas es tener
demasiadas expectativas en el resultado del proceso intuitivo. En el ejemplo
anterior, esto se relaciona con querer comprar acciones de Apple o Google porque
nos gustan.
Está bien tener un objetivo para nuestro proceso intuitivo, como tratar de
responder a la pregunta: ¿Debo trabajar con este asesor financiero? Lo que no
está bien es esperar un resultado en particular.
Al involucrarse en un proceso intuitivo, asegúrese de hacerlo sin tener
expectativas de obtener un resultado en particular. Esté abierto a cualquier
posibilidad y vea si puede dejar que la magia suceda.
Tal vez el asesor financiero ha tenido un par de años malos, por lo que
normalmente lo despediría, pero tal vez su sentido de la intuición es que el
pasado reciente debe haberle enseñado a manejar mejor su dinero.
Si es así, esta es una
señal importante que podría llegar a pasar por alto, si tiene una
expectativa sobre el resultado de su proceso intuitivo.
5
– Traducir las ideas en palabras
Los destellos de Intuición ocurren cuando el lado izquierdo del cerebro está
ocupado o desconectado por completo. La libertad que este estado proporciona,
permite que ciertas sensaciones y sentimientos entren en nuestras mentes.
¿Cómo podremos usar las intuiciones si no sabemos cómo traducir nuestras
sensaciones y sentimientos, que pueden ser amorfos, en algo más tangible, como
números o palabras?
Por ejemplo, puede tener un mal presentimiento sobre el futuro del mercado
de valores, pero tiene que traducir sus sentimientos al respecto, para saber
cuántos meses tendrían que pasar antes de que sea conveniente volver invertir
para que su idea sea útil.
Por otra parte, tal vez tenga una sensación de inquietud al considerar
comprar acciones de Apple o Google. ¿Ese malestar, se debe a que esas acciones
están siendo sobrevaloradas? ¿Se debe a que las personas se están dejando de
interesar en los productos de alta tecnología? tiene que saber qué
significa su presentimiento si quiere pensar en ello.
Para que nuestra intuición sea más potente, tenemos que ser capaces de traducir
nuestros destellos intuitivos en algo en lo que podamos pensar. Para comenzar,
trate de dedicarle un rato cada día a concentrarse realmente en cómo describir
cosas, personas y, sobre todo, sensaciones.
Un buen ejercicio es aprender a traducir los sentimientos en palabras. Describir
la forma en que una canción, una comida o un vino nos hacen sentir puede ser un
desafío sin una explicación fácil.
Su habilidad de traducir sus sentimientos
hacia los toques de cereza en su vino tinto favorito puede llegar, con el
tiempo, a ser cómo puede afectar la muerte de Steve Jobs a la moral de Apple.
Cuanta más práctica tenga en la traducción de las sensaciones en palabras
(o, en menor medida, en números), más eficaces serán sus intuiciones.
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