Si los cónyuges mantienen un vínculo profundo y sólido podrán superar cualquier crisis que interfiera entre ellos. “Sin embargo, si la relación no está cimentada sobre pilares suficientemente fuertes cualquier inconveniente será la gota que rebalse el vaso y que ponga en jaque el lazo afectivo”, sostiene la socióloga uruguaya Carmen Orozco.
Las crisis económicas pueden deberse a la pérdida del empleo de uno de los dos integrantes de la pareja o de quien mantenga el hogar. “El estrés y la incertidumbre que causan el quedarse desempleado generan un cuadro de mucho temor y ansiedad que puede repercutir negativamente en la relación.
Nada raro es que comiencen los reproches, el reparto de culpas y demás sentimientos negativos que afloran en un momento en el que se ha perdido el control de algo seguro que se tenía como lo era la fuente laboral.
Ahora hay que comenzar de cero y si no se tienen ahorros o la situación financiera es ahogada, peor será lo que pueda pasar entre ambos. Los escenarios más frecuentes tienen que ver con la comprensión y apoyo en primera instancia, pero que luego se transforma en agresividad o en la depresión de quien ha perdido el empleo y que se siente incapaz de volver a insertarse en el mercado laboral sea por el motivo particular que sea”, comenta la profesional.
Si es el marido el que ha perdido el empleo y solamente es él el que trabajaba hasta el momento, el cuadro es también complejo para la mujer. “A ella se le hace difícil tener al marido todo el día en el hogar supervisando todo lo que hace o deja de hacer.
Esta nueva realidad le genera desconcierto. Al principio lo acepta, pero con el correr de los días, es un motivo constante de descontento que aunque no lo exprese va creciendo cada vez más en su interior.
Con el paso del tiempo, el hombre se ve afectado por la ansiedad que determina el no tener nada que hacer mientras que hasta el momento había sido el proveedor. Su identidad se diluye y su autoestima va cayendo.
Si pensamos en todos los momentos intensos y frustrantes que una pareja tiene que sobrepasar cuando existen los conflictos económicos, podríamos entender lo complejo de la situación y el amor que debe existir entre los dos para superar una situación que en muchos casos es realmente extrema, preocupante y sumamente triste”, explica Orozco.
En estos casos no hay que desfallecer por más duro que resulte. “Mantenerse activo y nunca sucumbir ante los auto boicots que puedan ir surgiendo. Ambos deben apoyarse mutuamente y no convertirse uno en enemigo del otro.
Estar constantemente abiertos a nuevas posibilidades, solicitar la ayuda que sea conveniente y nunca sentir vergüenza por el momento que se está atravesando. Durante esta etapa hay que rodearse de gente que pueda apoyar mucho emocionalmente. Aislarse es un error que se suele cometer, pero no es lo más aconsejado”, expresa la psicóloga.
El cambio de roles puede ser una salida. “Aunque la mujer no haya trabajado hasta el momento, puede ser el período ideal para lanzarse a la aventura y a la posibilidad. Tal vez sea más fácil para la mujer conseguir un empleo fuera de la casa mientras que el hombre se encarga de las tareas del hogar y de los hijos.
Esta modificación tampoco será gratuita ya que habrá consecuencias. La mujer hasta el momento por una cuestión social y cultural ha estado acostumbrada a tener un apoyo fuerte que la sostenga y el hombre siempre ha sido educado para sostener a la familia y responder por ella.
Verse ahora lavando los platos o llevando a los niños al colegio puede resentir su autoestima. No hay que ver esta modificación de roles como algo humillante, sino como una alternativa a la crisis.
El adaptarse también es una muestra de amor hacia el otro, una manera de establecer prioridades y salvaguardar aquello que realmente importa en la vida que es la familia y el amor”, finaliza diciendo la socióloga.
No hay que olvidar que toda crisis es oportunidad y de ella se puede generar un verdadero cambio que a priori se ve como una fatalidad, pero que con un poco de valor, esta realidad oscura y deprimente puede convertirse en una maravillosa oportunidad para crecer y conocer a quien se tiene al lado.
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