Hay varias causas por las cuales una relación duradera podría derivarse en un divorcio. Algunas de ellas podrían ser:
– una aventura
– separarse a gran distancia por períodos de tiempo
– conflictos
– problemas de comportamiento o psicológicos.
– temas no administrados de adicciones
Cualquiera sea el problema de una pareja, salvo los de abusos o psicológicos que son tratados por profesionales, una pareja se encuentra en peligro de divorcio cuando hay una pérdida de:
– comunicación
– amor
– intimidad
Un conflicto o la ira no son suficientes para causar una ruptura irreparable, con la ayuda de una buena comunicación y compromiso compartido, el matrimonio puede superar la crisis. Sin embargo, cuando uno se encuentra en este período, ¿cómo puede salvar la relación?
Si has llegado al punto en dónde tu pareja te ha pedido el divorcio, ¿qué puedes hacer?
Lo primero a tener en cuenta es que usted tiene una elección. Muchas veces, cuando uno se enfrenta a una crisis, se siente que no tiene opción. Es cierto que no es posible cambiar los sentimientos o decisiones de nuestra pareja, pero sí tenemos control sobre nosotros mismos. Es importante mirar hacia adentro y asumir las responsabilidades de las acciones cometidas, si hay puntos o actitudes que debería haber cambiado, debe responder de manera proactiva.
Estas son sus opciones, usted puede elegir sufrir y enojarse o puede tomar una posición más positiva y amorosa hacia su pareja, puede culpar a su pareja o hacer un balance de responsabilidades. Uno puede elegir querer seguir hacia adelante hacia una relación plena y feliz, sí, puede elegirlo inclusive en medio de una crisis.
Aunque su pareja sea terca y no responda, usted puede cambiar su actitud y ser tan atractivo y positivo como cuando se enamoraron por primera vez. Por lo general, en los momentos de crisis, la pareja mira hacia atrás y recuerda los momentos buenos cuando era fácil estar juntos.
Uno puede capturar esos días otra vez, e incluso añadirle la madurez y crecimiento actual, después de todo no han pasado los años a cambio de nada. Tú y tu pareja han hecho un gran esfuerzo para mantener al matrimonio durante el tiempo, por lo que si su intención es continuar con la relación debe tener una comunicación abierta y reorientar la visión para fortalecerla.
Debe convertirse nuevamente en una persona amorosa y estar atento al cuidado y cosas cotidianas de la pareja. Dedique tiempo íntimo en momentos que anteriormente ocupaban con más personas.
Encontrando estos tiempos, podrás abrir la comunicación y sentarse a discutir sobre la crisis y sus consecuencias. Es posible que su pareja no tenga conciencia el esfuerzo emocional, ni las consecuencias financieras, logísticas y físicas que tiene un divorcio. La separación implica un cambio definitivo y no puede tomarse a la ligera, ¿su pareja está dispuesta a aceptar este cambio?
En última instancia, si la crisis es verdaderamente seria, tiene la opción de involucrar un mediador para ayudar con la situación. Este no es el momento de dejar que su orgullo se interponga, un asesor profesional o un amigo neutral puede poner los conflictos en una perspectiva no conocida ni vista por la pareja, e incluso puede ayudar a desbloquear las preocupaciones más profundas o temas tabú.
Por Natalia Fernández – Autora del libro “Recuperar Mi Matrimonio”, que ofrece consejos y herramientas para ayudar a las parejas en el desarrollo de una buena comunicación y la resolución de los conflictos que muchas veces llevan a la separación. Encuéntralo haciendo clic aquí