Consentir en demasía a los hijos es un error en el cual los padres caen con mucha frecuencia, pero el darle todos los gustos a uno de ellos y ser más estrictos con otros de los hijos, es un acto aún más desfavorecedor que puede contraer consecuencias confusas y que solamente logren enfrentamientos entre los niños.
Cada uno de los pequeños es único y tiene una personalidad propia. “Cada quien tiene sus virtudes y sus defectos. Sus puntos débiles y sus fortalezas. Esta realidad no implica que haya que ser más suave con unos que con otros sino que hay que saber mantener un equilibrio que mantenga a todos contentos y en donde prevalezca el respeto y la educación.
Los límites tienen que ser válidos para todos los miembros de la familia y los derechos, también”, comenta la psicopedagoga argentina Catalina Prieto. Es cierto que los métodos de enseñanza no funcionan en todos los niños por igual.
“Hay pequeños que tienen menos que otros tolerancia a un “no” o a un fracaso y que necesitan más tiempo para asimilar un cambio o una acción. Esto es normal.
Hay chicos que necesitan más atención que otros, pero los padres deben ser lo suficientemente astutos como para que las atenciones extras que se puedan necesitar no influyan negativamente en el resto de los hijos.
Una buena manera de que ellos no sientan celos ni se sientan hechos a un lado es integrarlos a todos en todas las actividades, aunque cada niño tenga una tarea diferente que desarrollar”, comenta la profesional.
Los niños pequeños carecen de la madurez necesaria para establecer justicia y objetividad. “Si ellos ven que un hermano tiene permitido ciertas accione que ellos no, será normal que manifiesten enfado.
Los adultos deben evitar estas situaciones y sobre todo ser justos con todos los niños por igual”, destaca la experta.
Cómo evitar las diferencias entre los hijos
1.- Si se ha estado educando a los hijos de un modo desigual, hay que intentar por todos los medios que los niños convivan de una manera integrada. “Nunca es tarde para cambiar, mucho menos si se ha advertido el error.
Realizar actividades con todos los hermanos juntos. Felicitarlos cuando hacen algo bien y advertirles cuando cometen errores. Es importante que se sientan iguales ante la visión de los padres”, comenta la psicopedagoga.
2.- No es necesario consentir a los niños con regalos caros. “A ellos solamente les bastará con que aprecien los esfuerzos que hacen y los avances que de a poco van logrando.
Una sonrisa y una felicitación pueden ser un gran estímulo. El resultado sin duda será muy positivo”, aconseja la especialista.
3.- Consentir de más no es bueno. “El fracaso y los traspiés preparan al niño para la vida. Es necesario saber qué es la frustración para fortalecer la personalidad y reforzar aquellos costados de la personalidad que se relacionan directamente con una buena autoestima.
Si estamos continuamente dándoles todo servido a los pequeños y satisfaciendo cada una de las necesidades estaremos cometiendo un grave error que ellos pagarán en el futuro.
Hay que educar con conciencia y sobre todo respetándolos a ellos.”, destaca la psicopedagoga.
Principales conflictos que pueden originarse entre hermanos:
Entre las consecuencias más frecuentes se pueden mencionar los celos, las peleas constantes, las rabietas, los golpes y el resentimiento.
“El maltrato entre hermanos es una consecuencia habitual que puede darse debido a la existencia de preferencias por uno u otro hijo en la familia. Los padres no deben menospreciar el tema y saber que todos los niños tienen su personalidad, sus deficiencias y sus virtudes y no por eso deben establecerse diferencias en cuanto al trato que se le conceda a los pequeños”, finaliza recordando la psicopedagoga.
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