Cómo enseñar a los niños a compartir

Para un niño es complejo compartir. Sin embargo, si el valor de la generosidad se instala en el hogar desde siempre, los hijos verán como natural el dar a sus hermanos, amigos y demás familiares...

Los padres sienten en la mayoría de los casos la necesidad de que los hijos sean mejores que ellos en todos los aspectos. El enseñar a compartir, a ser agradable y a ayudar son algunos de los valores que se pueden incorporar a la vida en familia de un modo muy natural.

“Exponer a los pequeños a situaciones que induzcan a tener conductas solidarias es la mejor manera de acercarlos a este tema. No esperar a que ellos reaccionen por su cuenta ya que lo normal, si no son guiados es que no quieran prestar sus juguetes, su espacio o su comida”, sostiene la psicopedagoga argentina Martina Álvarez.

Para que un niño aprenda un comportamiento solidario, nada mejor que brindarle ejemplos que le sirvan de espejo. “Los adultos deben ser generosos entre ellos.

Lo ideal es que los hijos vean cómo sus padres colaboran el uno con el otro, cómo comparten sus cosas y entre los dos cubren las necesidades que existen en la familia y cada vez que hay un gesto de generosidad, hay que mencionarlo para que ellos entiendan que es un buen hábito y que los niños también pueden desarrollar.

Esta conducta es muy importante para que puedan desarrollar los hijos únicos ya que es muy frecuente que luego al jugar con otros niños o en el colegio se sientan incómodos con la presencia de otro pequeño y no tengan interés en compartir.

Los padres deben estimular mucho la generosidad en los niños porque para recibir hay que dar también”, comenta la especialista.

Cómo enseñar a compartir

1.- Establecer en la familia tareas de colaboración. “Cada integrante de la familia puede colaborar con otro miembro en alguna actividad. Los resultados serán siempre mejores si existe cooperación entre todos y es bueno mencionarles esto a los niños. Si ellos ayudan, también serán ayudados”, opina la profesional.

2.- Enseñar que se debe ser generoso sin que exista discriminación. “También es cierto que no siempre que se tiene una conducta solidaria se recibe lo mismo. Sin embargo, no se puede depositar un interés.

La ayuda debe ser desconsiderada aunque se sepa que no se recibirá nada a cambio”, destaca la experta.

3.- El dar es transmitir afecto hacia la otra persona. “Los niños son posesivos, egoístas, caprichosos y celosos, pero todas estas características se pueden transformar en valores positivos con un poco de dedicación cada día”, recomienda la psicopedagoga.

4.- Es preciso que los padres ayuden a los hijos a que no sientan tanto apego por los bienes materiales. “Aunque los niños sean muy pequeños, hay que mantener con ellos, en la medida de lo posible una comunicación madura.

El capitalismo arrastra cada vez más al consumo, y aunque esto depende mucho de la ideología de los padres, un niño generoso es desapegado. Da al otro con amor y sin hacerse problemas, pero para llegar a esta conducta tan bonita, tal vez haya que cambiar toda una estructura de pensamiento y estilo de vida”, destaca Álvarez.

5.- Manifestar agrado cuando el niño ha compartido algo. Es importante estimular al pequeño y felicitarlo por cada uno de sus logros. Esto hará que se sienta contento y predispuesto a continuar por el camino de la generosidad con ganas y entusiasmo.

6.- Muchas veces, el egoísmo de un niño tiene un por qué. “Es tarea de los padres analizar y reflexionar acerca de lo que puede estar ocurriendo. Hay cambios que pueden ocasionar un comportamiento ensimismado como el ingreso al colegio, una mudanza o un divorcio”, finaliza diciendo la profesional.

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