Antes que nada hay que tener en cuenta que mismo
destino no significa igual
precio. Es decir, no todas las empresas ofrecen la misma tarifa por más que el
recorrido y las comodidades sean iguales.
Para evitar llamadas telefónicas, existen sitios on line que permiten ver en un
día todas las opciones de viaje, precio y empresas. Las diferencias suelen ser
notables.
Hay empresas que no realizan tantas acciones de prensa y marketing pero que
optimizan su captación de clientes ofreciendo mejores tarifas.
Lógicamente viajar en coche cama y con servicio engrosa la tarifa. Si el viaje
no es tan extenso, optar por el servicio semi cama resulta conveniente y
económico y no incide en la comodidad.
Del mismo modo, comprar una vianda de comida evitando las cercanías de la
terminal donde los precios suben, es otra buena manera de ahorrar.
Si el destino del viaje es turístico, al igual que con los aviones, conviene
evitar fines de semana y sobre todo fines de semana largos, ya que la demanda y
la desesperación por viajar hacen que las empresas manejen los precios a su
antojo.
Las promociones también son una buena opción, se puede acceder a ellas por
empresas que promocionan ciertos destinos con descuentos o bien mediante un
servicio muy común en todas las empresas: la emisión de una tarjeta de pasajero
frecuente, que permite además de descuentos, comodidades como la reserva on line
vía Internet.
Incluso, algunas empresas, luego de una cierta cantidad de viajes, ofrecen un
viaje gratis, por lo general al destino que se consume con más frecuencia o en
el mes del cumpleaños.
En los sitios web de cada compañía también se ofrece suscribirse a un boletín o
newsletter. Con solo estar registrado recibiremos en nuestro correo electrónico
las ofertas disponibles.
Además, planificar el viaje ayuda, si no se tiene apuro o se viaja con tiempo,
existe la opción de realizar combinaciones que ahorren billetes. Algo que no
puede hacerse si esto demanda esperar en una terminal en caso de no tener tiempo
suficiente.
Los viajes en horario nocturno, para quienes pueden conciliar el sueño a bordo,
suelen ser más económicos.
Por Clarisa Ercolano