Dolores inexplicables: ¿a qué se deben?

Todos, en algún momento, nos hemos visto afectados por algún tipo de molestia o dolor al que no encontramos explicación alguna...

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Al
sentir un síntoma cuyo origen no identificamos inmediatamente, nos invade el
temor. Desde luego, la mayor parte de las veces no hay motivo para alarmarse,
pero… ¿cómo
podemos saberlo?.

Vamos
a analizar, en una serie de notas de interés general, situaciones que –de una
forma u otra- pueden afectar su salud.

Comenzamos
con esos dolores misteriosos que se manifiestan en un momento dado, a los cuales
se les debe prestar atención inmediata.

Tengamos presente
que las enfermedades avisan, y si detectamos sus primeros síntomas, fácilmente
podemos tratarlas.

La
Medicina actual ha alcanzado un grado de desarrollo tal que permite controlar
situaciones que hasta no hace mucho podían transformarse en mortales.

Sólo
es preciso identificarlas a tiempo… ¡y
ello depende de Usted!

MOLESTIAS
CONTINUAS EN EL ESTOMAGO

Son
muchos los desajustes estomacales que se pueden presentar: una indigestión que
no cede, acompañada por náuseas y gases continuos; tal vez sintamos un dolor
persistente, y es normal que pensemos lo peor: una tumoración maligna, úlcera,
tal vez
hepatitis.

Lo
más probable es que esas molestias se deban a un exceso de ácidos gástricos,
causados por el estrés, la ansiedad, conflictos en el hogar o el trabajo,
situaciones que nos afectan a todos en el mundo actual, y sobre las cuales
tenemos escaso control, y altamente limitado.

Desde
luego, al suponer que sus síntomas son graves, es natural que se sienta peor.

¿A
qué se pueden deber esos síntomas?

· A
comer apresuradamente. Los alimentos que permanecen poco tiempo en la boca, no
se llegan a saturar debidamente de saliva, que es un elemento que ayuda a hacer
una mejor digestión.

· A
las irregularidades en los horarios de las comidas. En muchas ocasiones, debido
a las presiones a 1as que estarnos sometidos, no comemos siempre a la misma
hora, e inclusive nos saltamos una comida. EI sistema digestivo –que se
acostumbra fácilmente a un horario y cuando este se descontrola nos sentimos
mal.

· A
las comidas pesadas, saturadas de grasas y salsas. Desde luego, no son fáciles
de digerir.

· A
las aspirinas y antiinflamatorios, que irritan las paredes del
estómago.

¿Qué
hacer?

Es
fundamental normalizar los horarios de las comidas, reducir el consumo de
aspirinas y antiinflamatorios, y comer más lentamente (masticando bien los
alimentos).

En
poco tiempo Ud. comprobará que los trastornos estomacales están nuevamente
bajo control.

Y,
por supuesto, es esencial que reduzca el nivel de tensión y ansiedad al que está
sometido.

El
estrés puede afectar sus procesos digestivos.

Una
consulta a su médico clínico de confianza, y una consulta de evaluación
psicológica, que le ayuden a ubicar la causa del problema nunca estarán de más.

Continuará