Este emprendimiento ha demostrado ser un éxito en los Estados Unidos. Varios
vehículos circulan diariamente por las calles de las ciudades para ofrecer
diferentes
tipos de menús.
El servicio es el mismo que el de cualquier restaurante normalmente establecido.
Algunas de las ventajas para los comerciantes residen en el no pago de un
alquiler fijo.
Aunque hay gastos de alquiler relacionados con el almacenamiento de los
productos alimenticios, los costos son menores. También se debe tener un permiso
de funcionamiento. Sin embargo, estos gastos asociados son inferiores a aquellos
que debe afrontar un
establecimiento gastronómico
convencional.
Los dueños de los vehículos itinerantes o sus encargados, avisan mediante el uso
de redes sociales dónde estarán situados y resulta hasta el momento ser un buen
negocio ya que la afluencia de gente es mucha y a toda hora.
No solamente se puede consumir comida rápida sino elaborados menús muy bien
presentados para llevar. Muchos de estos restaurantes tienen mesas y sillas para
poder comer tranquilamente, mediante el despliegue de unas plataformas para que
los clientes se sientan cómodos y quieran regresar.
Hay restaurantes “portátiles” que viajan por todo el mundo. “Pueden
permanecer una semana en un país y luego dirigirse a otro. Es una buena manera
de conocer la gastronomía de varios sitios, interesarse por la cultura culinaria
y así poder ofrecer muchos platillos diferentes y originales.
Los chefs aprenden recetas locales que luego trasladan a otros países y
funciona mucho. Esta iniciativa ayuda a estos profesionales a hacerse conocidos
por todo el mundo.
Todo este interés por las cocinas internacionales en combinación con el buen
gusto en cuanto a decoración, estilo y ambientación pueden ocasionar un cambio
radical en la manera de salir a comer fuera y la llegada al consumidor es mucho
más práctica, activa y directa”, sostiene la experta en marketing y
tendencias de consumo, la inglesa Judith Cavannagh.
En general, estos establecimientos se instalan en el centro de la ciudad, lo más
cerca posible a un marco ambiental agradable como pueden ser los jardines, las
fuentes, los monumentos o edificios emblemáticos para acceder así a la mayor
cantidad de público posible.
“Los restaurantes móviles pueden ser lujosos o sencillos ya que hay muchos
perfiles de consumidor. Lo más importante es poder cumplir con las condiciones
de higiene y estar al día con los permisos y el pago de los impuestos que sean
necesarios.
Antes de decidirse a viajar y recorrer diversos países con esta propuesta,
hay que informarse muy bien sobre las normas jurídicas de cada lugar y enterarse
de las reglas que se deben cumplir para evitar multas y problemas legales”,
destaca la profesional.
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