La onicofagia, así se llama este trastorno, solamente puede curarse con mucha
voluntad. Sin embargo, hay algunos consejos que pueden ayudar a controlar el
deseo imperioso por morderse las uñas.
Morderse las
uñas no solamente es un mal hábito sino un trastorno que puede
comprometer los dientes ya que éstos se desgastan indebidamente y los labios ya
que pueden ocasionarse lastimaduras e infecciones ocasionadas por virus, hongos
o bacterias que se tienen en las manos y se llevan a la boca. Las uñas de tanto
morderse se debilitan y van creciendo cada vez, más lentamente.
Lo primero que se debe lograr es tomar conciencia del problema y querer
combatirlo. Se trata de dominar esta mala costumbre con mucho esfuerzo y control
sobre la ansiedad.
Cómo combatir la onicofagia
1.- llevar conscientemente el dedo hacia la boca y detenerlo cuando éste se
encuentre a cinco centímetros del objetivo. Reiterar varias veces este
ejercicio. De a poco se irá adquiriendo control. La idea es ir logrando
autodominio. La clave del éxito para desterrar este trastorno definitivamente.
2.- Cada vez que se sienta la necesidad de llevarse los dedos a la boca, golpear
con la yema de los dedos cualquier superficie. Este mecanismo ayuda a la vez a
mantener los dedos alejados y fortalece las uñas a medida que se dan suaves
golpes en una superficie dura.
3.- Cortarse y limarse las uñas. Una buena alternativa para no sentir la
necesidad de comerse las uñas es manteniéndolas cortas, pero bien arregladas. Es
una manera de prevenir las ganas de morder o lastimarse.
4.- Pintar las uñas con esmaltes que contengan un sabor amargo. Cuando el
impulso sea inconsciente, el mal sabor frenará la acción de seguir adelante con
este hábito.
5.- Distraer la boca y la necesidad de mascar. La idea no es reemplazar una
conducta con otra, pero si el deseo es muy fuerte, por qué no comer una
zanahoria o una fruta que mantenga la boca y los dientes ocupados hasta que se
calme o disipe el período de ansiedad.
6.- Reforzar la autoestima. Una vez que las uñas han crecido, es importante
poder valorar que se ha conseguido el objetivo. Las uñas lucirán mejor y no
habrá ganas de retornar al pasado. Este pensamiento debe ser lo suficientemente
poderoso para no volver a caer en la tentación de lastimarse.
7.- Llevar guantes. Aunque parezca un chiste, es uno de los consejos más
efectivos ya que no habrá manera de poder continuar con este vicio. Este hábito
se asocia a la inseguridad, al estrés y a la ansiedad. Si se pueden identificar
esos momentos, los guantes serán de mucha utilidad ya que se sabrá exactamente
en qué momentos deben ser usados.
8.- Las uñas postizas son otra de las posibilidades a contemplar. Solucionan en
un momento el problema antiestético y evita que se vuelva a caer en él.
9.- Rodear cada uña con una cinta adhesiva o gasa que impida el contacto de la
piel con la boca.
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