Los
hogares a leña
no solamente cumplen con la función de
abrigar un ambiente
sino que también se encargan de llevar adelante con éxito un rol estético y
romántico. Le conceden al espacio donde está situado, un toque de calidez,
intimidad y romance.
Esta opción de chimenea, es más económica que aquellas que funcionan con gas o
electricidad ya que solamente se requiere de madera para la combustión y un
conducto para la ventilación para que los gases quemados puedan salir de la
casa.
Más allá de esta propuesta tradicional, como novedad, también existen las
estufas de leña de metal, las conocidas salamandras que pueden ubicarse en
cualquier parte de la sala o dormitorios.
Para instalarlas, solamente se necesita hacer un agujero en el techo para que
los gases puedan salir libremente. La estufa es fácil de colocar. El tubo puede
ir por fuera o dentro de la fachada.
Los diseños son variados ya que las hay de forma cilíndrica, rectangular o
cuadrada. Las más vanguardistas son las colgantes. Muchos de los modelos
actuales son también giratorios para poder brindar un calor más homogéneo en
todo el ambiente. El material del que están hechas estas estufas pueden ser
hierro o chapa de acero.
A la hora de adquirir una
estufa o chimenea de leña, hay que informarse muy bien
sobre las opciones existentes. Las de doble cámara no solamente son más seguras
sino que gastan menos leña ya que pierden menos calor y calientan por varias
horas sin tener que renovar la madera.
Las chimeneas abiertas contaminan más el ambiente ya que devuelven lo que la
leña quema, en cambio las de doble cámara pueden llegar a contaminar veinte
veces menos.
Cómo
instalar una chimenea a leña:
1.- Preferentemente se debe instalar en el primer piso de la vivienda. El calor
subirá y se irá distribuyendo. En el caso de las salamandras, éstas calientan
ambientes más pequeños. Es conveniente no situarlas en habitaciones donde hay
niños para evitar quemaduras y demás incidentes.
2.- La seguridad es muy importante. Debido a las chispas, es preciso colocar la
estufa contra muros de ladrillo u hormigón ya que estos materiales permiten alta
resistencia al calor. Tampoco es conveniente que esté muy cerca de alfombras o
pisos de plástico.
3.- Una buena alternativa para prevenir accidentes es revestir la chimenea o
estufa con ladrillos refractarios que soporten muy bien las altas temperaturas.
No solamente resisten el calor sino que se encargan de producir aún más y esto
ayuda a potenciar el calor del ambiente.
4.- La calidad de la leña es de vital importancia. La mejor es la de eucalipto.
Los troncos adquiridos deben estar completamente secos. En promedio, la madera a
utilizar por hora es de un kilo. No es conveniente comprar madera húmeda ya que
ésta es más pesada y a la hora de pagar se estará adquiriendo parte de un
producto que no podrá usarse.
5.- En cuanto al mantenimiento, es preciso limpiar bien los utensilios luego de
utilizados. No es necesario retirar todas las cenizas de leña, pero sí las del
carbón, al menos una vez a la semana.
6.- Siempre es conveniente contar con la instalación de un profesional que
también pueda encargarse del mantenimiento de la estufa, ya que antes de que
comience la época invernal, es necesario probarla y ver que todo funcione
correctamente.
Yolanda
Río-Pérez, decoradora y especialista en viviendas, ayuda a miles de personas a decorar sus
hogares con personalidad y buenos criterios.
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