Según un informe realizado por las Universidades de Newcastle y Londres, las
mujeres con
sobrepeso atraen a los hombres, cuyos niveles de ansiedad y estrés
son elevados.
Esta investigación se basó en las preferencias de un grupo de cuarenta hombres
que tenían la presión de hablar en público porque así lo exigía la labor
profesional a la que se dedicaban.
El estudio reveló que en situaciones de estrés ellos se sienten más cómodos si
las interlocutoras son mujeres con una
masa corporal
considerable ya que el
estrés es capaz de alterar la percepción sobre lo que cada uno considera un
cuerpo ideal.
Para llegar a esta conclusión, los científicos compararon a este grupo de
hombres con otro que no estaba sometido a una situación de tensión extrema y los
resultados fueron totalmente distintos.
Para los investigadores, los cambios en el medio ambiente, la ansiedad y el
estilo de vida son aspectos que pueden modificar e influir sobre lo que cada uno
piensa que es la silueta ideal o deseada.
La investigación señala un antes y un después en este tipo de cuestiones ya que
varios estudios anteriores aseguraban que la preferencia en cuanto al físico del
sexo opuesto se debía a una condición innata, mientras que ahora mismo, esta
teoría podría ponerse en tela de juicio ya que el gusto personal podría estar
condicionado por los factores mencionados con antelación.
La intención del estudio era establecer si las inclinaciones vinculadas al
estrés en diversos ámbitos culturales se reflejaban en situaciones de tensión en
el corto plazo.
El autor del estudio, Martin Tovee señaló que si en un sitio hay abundancia de
alimentos y el ambiente es relajado y tranquilo, la preferencia de las personas
en relación a la masa corporal varía con respecto a aquella que se encuentra en
un lugar donde no hay comida y la realidad es estresante y tensa.
“Se puede pensar, siguiendo el hilo de esta investigación, que las personas,
cuando estamos sometidas a grandes períodos de estrés, necesitamos protección y
aquello que nos brinda seguridad y confianza es una persona de buen porte, con
una buena fisonomía capaz de tolerar los malos momentos.
Un cuerpo generoso es sinónimo en muchas culturas no solamente de salud, sino de
contención, en cambio, una silueta delgada se relaciona con la debilidad y la
falta de energía y fuerzas para vencer las adversidades”,
admite la psicóloga española Mireia Pardo.
Se trata, según los expertos, de pura psicología evolutiva ya que los individuos
intentan adaptarse a lo que está más relacionado y acorde con el ambiente al que
pertenecen.
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