Para mantener la productividad y el buen humor es necesario modificar algunas
costumbres que pueden ser las responsables de la falta de estímulo y las escasas
ganas de acudir al trabajo. Algunas ideas interesantes a implementar son:
1.- Considerar los beneficios: si la tarea que se debe desarrollar no es
agradable, hay que centrarse en los resultados. “Es importante encontrar un
estímulo para que la
labor a desempeñar
no se haga tan cuesta arriba.
Centrarse en el aporte que se logrará con su realización y los beneficios
para el equipo son motivos que al pensarse pueden influir positivamente”,
sostiene la psicóloga laboral española Melina Estefanía Ramírez.
2.- Terminar la tarea más compleja, primero. Cuanto antes se acabe la parte más
ardua a completar, se estará de mejor ánimo y se podrá afrontar el resto del día
con una buena disposición.
3.- Divertirse lo más posible: si se puede, colocar música o alegrar el
escritorio con imágenes agradables. “Estas actitudes aunque parezcan detalles
son importantes ya que tienen un gran poder sobre el estado de ánimo y son las
que dan la fuerza necesaria para enfrentar los desafíos que no agradan del todo”,
comenta la profesional.
4.- Aceptar el empleo que se tiene: para muchas personas es difícil asistir de
modo diario a un trabajo con el que no existe identificación alguna. Hay que
intentar que esta realidad no complique el desarrollo de las tareas y siempre
aspirar a verle el lado positivo a las situaciones.
5.- Intentar dedicar al menos unos pocos minutos a hacer algo que ofrezca
satisfacción como por ejemplo jugar con los hijos, disfrutar de un alimento
especial, hacer ejercicio o deleitarse con un momento de relajación.
“Cuando no se puede
disfrutar en el trabajo, lo mejor es ocuparse de tener
fuera de la actividad profesional una vida lo más agradable posible”,
destaca la especialista.
Más allá de estas sugerencias resultará importante reflexionar acerca de los
propios objetivos y determinar cuáles son las aspiraciones que se tienen. Es
fundamental, visualizar el futuro y evaluar si se está en el camino adecuado.
Siempre se está a tiempo de cambiar de rumbo y hacer lo necesario para mejorar
una realidad por más adversas que sean las circunstancias.
La mejor manera de superar el desgano es centrarse en las cosas buenas y en las
oportunidades positivas que se tienen. “Ante todo, cuando se atraviesa un
momento de decepción o frustración laboral hay que intentar destacar lo positivo
de la experiencia.
Demostrar gratitud con el trabajo y con uno mismo ya que por más complejo que
sea, reconocer los aspectos fuertes y que conceden ventajas ayudarán a sentirse
mejor”, finaliza diciendo la experta.
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