Muchos
especialistas opinan que los
jóvenes que reúnen algunas de estas características
están enfermos, y padecen el síndrome de hiperactividad y déficit de atención.
Otros, sin embargo, piensan que sólo se trata de adolescentes con necesidades
especiales, generalmente afectivas.
Lo que podría ser hasta una aburrida
discusión académica, se convierte ahora en una grave disyuntiva para los
padres, debido a que el principal tratamiento de este problema es el metilfenidato, una droga psicoestimulante, no exenta de graves efectos adversos.
Pero veamos si podemos echar un poco de luz sobre esta polémica, tratando de
comprender de qué estamos hablando.
El ADHD
es una entidad clínica caracterizada por niños o adolescentes que
presentan una atención lábil y dispersa, que no les permite incorporar
información en forma correcta o suficiente.
Se acompaña de una marcada
inquietud, impulsividad, torpeza motora, y poca tolerancia a las frustraciones.
Antes se conocía con diferentes denominaciones:
Disfunción cerebral mínima, Síndrome hiperquinético,
Síndrome del niño hiperactivo, Disritmia, etcétera. El término
actual se alcanzó luego de muchos años como un intento de unificar diferentes
criterios de opinión.
Lo
padecen del 2
al 5 por ciento de los niños en edad escolar, siendo 4 a 8 veces más frecuente
en los varones que en las niñas. Los adolescentes lo padecen cada vez más, e
incluso se pueden encontrar adultos con estas características.
En los Estados Unidos el uso de
medicación estimulante creció un 700 por ciento desde 1990. Del 10 al 12 por
ciento de los niños en edad escolar reciben medicación estimulante del sistema
nervioso, presuntamente debido al síndrome de hiperactividad y déficit de
atención.
No
se sabe a ciencia cierta por qué se produce. Una corriente de pensamiento entre
los científicos considera que existen algunas lesiones cerebrales, pero hasta
el momento no se ha podido demostrar tal hecho fehacientemente.
Otros piensan
que existirían errores del metabolismo de la glucosa a nivel cerebral, tanto
que proponen una dieta especial como tratamiento.
Una de las teorías más
populares en la comunidad médica es la que habla de un déficit de algunas
hormonas llamadas catecolaminas, pero lo curioso es que no se producen
alteraciones en otras funciones corporales controladas por estas catecolaminas
ni se encuentra un nivel disminuido de la misma en sangre.
En definitiva, hasta
ahora no se ha podido comprobar ninguna causa en forma concreta.
¿Cómo
se puede saber si un niño tiene ADD?
Lo
primero que debe hacerse ante la sospecha de síndrome de hiperactividad y déficit
de atención, es mantenerse tranquilo y enfrentar el problema de la forma más
amplia posible.
La consulta con el pediatra de cabecera o el médico de
adolescentes es fundamental para disipar dudas y temores. Luego, se deben
descartar problemas oftalmológicos y auditivos.
Posteriormente, pueden
realizarse dosajes metabólicos de dopamina, serotonina y noradrenalina, que son
las sustancias metabólicas que mencionamos anteriormente, aunque el resultado
generalmente es normal.
El electroencefalograma, la tomografía computada de
cerebro o la resonancia magnética suelen ser normales.
En los últimos años se está
trabajando con una técnica de diagnóstico por imágenes que se llama Tomografía
por Emisión de Positrones, pero hasta el momento no arrojó nuevos elementos
diagnósticos.
Otra
ayuda importante en el proceso diagnóstico del ADHD es la opinión de los
padres, los docentes y los empleadores (en el caso de los adolescentes que
trabajan). Para ello, se utilizan diversas escalas y cuestionarios.
El DSM- IV propone
unos criterios diagnósticos que son los que se utilizan en la actualidad.
Tienen el inconveniente de que si son utilizados en forma rígida, el resultado
es un sobrediagnóstico de la enfermedad.
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