Los nativos de la tribu
de los Yamanás la denominaron como la “bahía que penetra hacia el oeste”.
Ushuaia es la capital de la provincia Argentina de Tierra del Fuego y también,
la ciudad más austral del mundo.
Las cumbres montañosas
cambian su aspecto dependiendo del reflejo del sol y de la cantidad de nieve,
destacándose el glaciar
Marcial, en donde las nubes se vuelven de tonos
incandescentes y púrpuras.
Ushuaia es un sitio
ideal para pasar unos días en calma pero realizando como mínimo algunas
excursiones como al Faro del fin del mundo o las caminatas por el bello paraje
del Parque Nacional de Tierra de Fuego y la península de la Pataia donde la
fauna patagónica polar puede apreciarse más allá de las fotos.
La mayoría de los
ventanales de las casas en Ushuaia miran hacia la bahía, donde la cordillera de
los Andes comienza a crecer hacia el norte dejando entrever a lo lejos el canal
de Beagle. Más allá al sur, los hielos oceánicos ocupan casi todo el paisaje.
La única vía que parece
libre en este sitio es el mar con vientos que golpean y agitan el agua formando
un verdadero espectáculo para mirar desde la orilla. Para muchos navegantes esta
región es “la puerta del infierno”.
Claro que este lugar no
es recomendable para quienes escapan del frio aunque la dureza del clima, no
priva en nada la belleza que ostenta.
Algunos lugares
imperdibles son el Museo del Presidio, el tren del fin del mundo, el Casino y
por supuesto el muelle turístico y los lagos Fagnano y Escondido con el color
inconfundible que les brinda su alimentación mediante deshielo.
La oferta gastronómica
en la ciudad también es muy diversa, con restaurantes para todos los gustos pero
en donde se recomienda apostar a las comidas autóctonas y que ayudan a
sobrellevar el frío.
Centolla, merluza
negra, mariscos y el tradicional cordero deben probarse al menos una vez durante
la estadía.
Además, no debe dejarse
de lado la visita a Cerro Castor que se ubica a 26 km de Ushuaia con pistas de
esquí y otros deportes de invierno y exquisitos complejos de cabañas.
La Isla de los Lobos,
habitada por estos simpáticos mamíferos (lobos marinos) también puede visitarse
mediante un breve viaje en barco que durante el trayecto también permitirá
avistar cormoranes magallánicos, albatros y petreles y los pingüinos tan
buscados para la foto.
El montañismo, el
rafting y el buceo son opciones para los amantes de los deportes extremos ya que
pese al control por parte de los operadores turísticos, se requiere una dosis de
coraje para animarse a las cumbres heladas o a las gélidas aguas del fin del
mundo que encierran bosques de algas, fauna marina y misteriosos naufragios
cargados de historia.
Con la llegada de la
época primaveral, las horas de luz solar se prolongan notablemente por lo que
resulta recomendable incursionar en esas tierras desde el mes de septiembre.
La ciudad fue
descubierta en 1520 por la expedición que encabezaba Hernando de Magallanes,
cuando buscaba el paso interoceánico que hoy lleva su nombre. Los navegantes
observaron fuego y humo sobre las costas septentrionales y por eso bautizaron a
toda la isla como " Tierra del Fuego".
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