“El ejemplo del adulto será clave y no es algo que se logra construir de un
segundo para el otro. Es un modelo de vida que comienza cuando el hijo nace y
hay que mantener una conducta si después se quieren obtener resultados.
Si a un niño se lo cría en un ambiente donde la importancia del ahorro y del
trabajo son pilares fuertes y sólidos, será natural para él que cuando crezca
tenga en su interior la debida responsabilidad”, sostiene la socióloga
argentina María de los Ángeles Cuevas.
Consejos para el primer trabajo de los hijos
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Es importante que los jóvenes de a poco se vayan acostumbrando a tener
responsabilidades. “Uno de los inconvenientes más grandes que encuentran
quienes terminan el colegio o deciden no estudiar en la Universidad es que pasan
de tenerlo todo a ser prácticamente obligados a salir a un
mercado laboral
salvaje.
Todo hábito lleva su tiempo y es conveniente hacer la transición de a poco. Los
padres deben ir adaptando a los hijos al futuro que se avecina. Darles
responsabilidades, intentar que se hagan cargo cada vez de más cosas y ver cómo
se desempeñan si a ayuda de un adulto. Son tal vez pequeños gestos que permiten
que el joven se vaya fogueando”, opina la socióloga.
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Predicar con el ejemplo. “Es importante que los padres puedan tener un
equilibrio y coherencia en lo que demuestran al hijo. Siempre que haya
oportunidad hay que hablar de la importancia de tener un estudio y un trabajo o
un empleo para poder ser responsable de la propia vida y poder encarar una vida
de adulto con todas las reglas”, aconseja la profesional.
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Los hijos como cualquier persona que se acostumbra a vivir de otra persona se
aburguesan y llega un momento en que creen que es normal vivir así de manera
perpetua.
“Hay que erradicar esta forma de pensar en la juventud ya que debido a muchas
circunstancias entre ellas los factores económicos tan difíciles y la falta de
empleo hacen que sea aún más complejo poder eliminar esta conducta”,
aconseja la especialista.
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Esta era consumista no facilita la transformación de los jóvenes. “Estamos
muy acostumbrados a derrochar, a gastar incluso lo que no se tiene.
Entonces es también un hábito hipócrita reclamarles a ellos actitudes que hemos
hecho crecer con un ejemplo y estilo de vida totalmente equivocados. Hay que
cambiar este comportamiento desde el interior y poder asumir los errores como
padres y como sociedad”, explica la socióloga.
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Hay que tener mucho cuidado para no prolongar más de la cuenta esta falta de
iniciativa de los hijos. “Los jóvenes se vuelven tiranos, aparte de ser
marginados socialmente tienen hábitos autoritarios.
Siempre quieren recibir sin dar nada a cambio. Hay que tener mucha fuerza y
firmeza para revertir esta realidad. Los padres tienen que ayudar a sus hijos a
buscar un trabajo, estimularlos y sobre todo acompañarlos”, expresa Cuevas.
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Incentivar a los jóvenes con frases positivas. “A pesar de las crisis de
rutina, hay que valorar el esfuerzo que hagan, ayudarlos e incluso incorporarlos
si se tienen emprendimientos familiares para que se sientan contenidos y útiles
y que puedan comenzar a transitar por un camino de independencia que los
gratificará más allá de la angustia del primer momento y de las frustraciones
que encuentren en el sendero”, finaliza diciendo la especialista.