Una de las mejores maneras de afrontar este tipo de acontecimientos que acumulan
gran cantidad de ansiedad y dudas, es la de acudir con
pensamiento positivo.
1.-
La actitud es fundamental. “Está demostrado que una actitud alegre y confiada
ayuda muchísimo a generar
empatía y buenos resultados se vaya donde se vaya y se
conozca o no al resto de participantes.
No hay que entrar con miedo ni sentirse menos ya que es muy importante la
primera impresión que damos. Si nuestra imagen es fuerte e intensa, eso es lo
que despertará en el resto de los invitados.
Como primera medida, si somos tímidos y no tenemos una buena autoestima, lo
que debemos hacer es reforzar estos aspectos antes de asistir a una fiesta llena
de extraños”, destaca la asesora de imagen española, Contxi Fernández Lamas.
2.- Involucrarse. “Una vez que se esté en la fiesta, comenzar a informarse
acerca de quiénes son los invitados. Seguramente varios hayan sido invitados por
alguien en común.
Intentar acercarse y comenzar una conversación a ver qué ocurre. Peor es no
probar y quedarse solo en un rincón sin poder compartir con nadie”, destaca
la especialista.
3.- La mirada. “Es fundamental sobre todo si no se conoce a nadie. Hacer
contacto es algo que nunca falla. Siempre hay alguien con el que podemos sentir
cercanía, puede ser una mujer o un hombre.
Esta intención de búsqueda no significa que se esté queriendo conquistar al
otro, sino simplemente se intenta conectar de un modo positivo para sentirse
cómodo y poder integrarse al resto”, señala la experta.
4.- Simpatía: “Es más fácil que se acerquen a uno si mantenemos una sonrisa
en el rostro. La sonrisa acerca y es seguro que alguien se acerque para hablar y
aliviar así la tensión de estar con gente nueva compartiendo un mismo espacio”,
argumenta la profesional.
5.- Amabilidad: “No hay que olvidar este aspecto tan importante de la
personalidad. Mucha gente introvertida por vergüenza parece apática y puede
llegar a pasar por malhumorada o agresiva.
Hay que intentar acompañar los gestos y la imagen con armonía. La sonrisa
debe lucirse con una actitud dócil. La gente que inspira mucha seriedad puede
ser rechazada, sobre todo si no se la conoce”, explica la asesora española.
6.- Saber escuchar: “Ser un buen oyente es tal vez la parte más compleja de
todas, pero la más necesaria si lo que se desea es poder mantener una
conversación.
Prestar atención al otro nos dará herramientas para conocer a nuestro
interlocutor y poder seguir preguntando a medida que avance la charla.
Es importante hacer sentir a la otra persona importante y única. Hay que
tratarla como nos gustaría ser tratados. Esa es la clave de la generosidad, una
virtud muy apreciada y que se advierte con poca frecuencia en un grupo social”,
finaliza diciendo la experta.
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