Existe un modo de poder disminuir o prevenir los
comentarios agresivos o las
insinuaciones molestas por parte de otra persona.
“Lo más complejo cuando se produce un ataque verbal
es mantener la mente fría
y las emociones intactas.
Lo que es bastante frecuente es responder a la agresión provocando una
irritación
mayor entre ambas partes y las discusiones que se generan distan
mucho de ser racionales.
Lo importante en ese momento de enajenación es lastimar al otro sin reparos”,
comenta la psicóloga argentina Miranda Guzmán.
Características de la autodefensa verbal:
·
Tiene como principal objetivo establecer los límites personales
·
Este conjunto de técnicas sirven para combatir los sentimientos negativos que
afloran ante una persona o situación provocada por alguien que no cae bien
·
Intenta identificar los distintos grados de abuso como por ejemplo comentarios
críticos por detrás, personalidades que son de una manera con uno y diferente
con el resto (doble cara) o traiciones.
También son considerados abusos los gritos, amenazas, la violencia que de ser
verbal pasa a convertirse también en física y el entrometerse en la intimidad y
espacio de uno.
A menudo, la violencia verbal suele estar dentro de una familia, pareja o
círculo de amigos o compañeros de trabajo. “Es muy complejo romper con esta
espiral de agresividad cuando es una conducta rutinaria.
Estar dentro de la situación implica el no darse cuenta de las propias
actitudes. Nadie es capaz de reflexionar y el odio va creciendo directamente
proporcional a la agresión”, sostiene la especialista.
Técnicas de autodefensa verbal
·
Es importante conocer al “oponente”. Saber y entender cuáles son sus estrategias
para poder neutralizarlas.
“Si la persona agresora es un individuo que se la pasa buscando pelea lo mejor
es evitar el diálogo ya que encontrará la manera de enredarnos y llevarlos a su
terreno.
La indiferencia es la peor de las respuestas para estas personas. Tarde o
temprano se cansarán.
Hay que armarse de mucha tolerancia y eso no es nada fácil, pero es la única
manera de librarse de un sujeto que transmite este tipo de violencia”,
aconseja Guzmán.
·
Otro de los estilos que se pueden reconocer es aquel provocador que ocasiona
disturbios desde las sombras. “Este tipo de personalidad se caracteriza por
demostrar ingratitud y sobre todo soberbia.
Son incapaces de reconocer lo bueno que se hace por ellas. No dicen lo que
piensan a la cara sino que van tejiendo críticas y mentiras alrededor.
Son manipuladoras y sobre todo, muy inmaduras. Esto es una de las agresiones más
complicadas con la que lidiar.
No buscan la pelea directamente sino que hacen que se vaya acumulando poco a
poco malestar y resentimiento por ambas partes.
La mejor manera de manejar esto es enfrentando cara a cara el problema, para
poder analizar las estrategias y saber contra quien se está luchando”,
argumenta la profesional.
·
La relajación juega un rol importante en la autodefensa. “El poder controlarse
a sí mismo es fundamental para que todo pueda revertirse y convertirse en una
convivencia sensata”, explica Guzmán.
Algunas de las frases que revelan violencia verbal:
·
“No hay nada que hagas bien”
·
“No me importa nada lo que pienses de mí”
·
“Nada de lo que haces tiene valor”
·
“No tengo por qué colaborar en nada”
·
“Voy a hacerte la vida imposible”
·
“No te quiero ni tolero tu presencia”
Consejos prácticos:
·
Dejar los impulsos de lado. “Contestar con otra agresión no lleva a nada y se
entra en el juego del violento”, comenta la especialista.
·
Respirar profundamente y contar hasta diez. Evadir la escena es la mejor opción
para no actuar en caliente y cometer errores
·
Siempre es conveniente intentar hablar con la persona que está generando la
provocación para ver si es posible llegar a un acuerdo.
“En muchos casos es factible, y en otros, lamentablemente es inútil. En muchas
situaciones no hay buena predisposición sobre todo cuando uno de los dos es
adolescente o muy joven.
Lo mejor es evadir el problema ignorarlo y no presionarse. También hay que saber
aceptar que no podemos llevarnos bien con todo el mundo”, opina Guzmán.
·
El respeto siempre tiene que hacerse presente. “Nadie tiene porqué sentirse
menospreciado ni inferior al otro. Sobre todo si se vive en una misma casa.
Si hay alguien neutral en la familia, ésta debe ser la persona que establezca un
ambiente neutral de convivencia”, finaliza diciendo la experta.
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