Trampas psicológicas frecuentes que se deben evitar a la hora de invertir

Muchos autores han escrito acerca de trampas psicológicas o de comportamiento que llevan a la gente por una dirección equivocada en su vida en general. En este artículo, la intención es trasladar algunas formas clásicas de la psicología directamente al campo de las inversiones. Vamos a echarle un vistazo a algunas de las trampas más comunes y cómo evitarlas...

Anclaje

En primer lugar, existe la denominada trampa de anclaje, que se refiere a un
exceso de confianza en lo que se piensa en un principio. Por ejemplo, si uno
piensa que determinada empresa es exitosa, puede sentirse demasiado seguro de
que sus acciones son una buena apuesta.

Estos preconceptos pueden ser totalmente incorrectos ya desde la situación
inicial o pueden revertirse en el futuro. Para evitar esta trampa, es necesario
ser flexibles en nuestro pensamiento, y estar abiertos a nuevas fuentes de
información, teniendo en cuenta que cualquier empresa puede estar hoy y mañana
ya no.

Costos hundidos

La trampa de los costos hundidos es igual de peligrosa. Se trata de proteger
psicológicamente (pero no en la realidad) sus decisiones o elecciones
anteriores, lo que suele ser desastroso para sus inversiones.

Es realmente difícil asumir una pérdida y/o aceptar que uno ha tomado una
decisión equivocada. Pero si su inversión no es buena, o se hunde rápidamente,
cuanto más rápido la abandone y la cambie por algo más prometedor, mejor.

Si se aferró a las acciones que compró en 1999 en el apogeo del boom de
Internet, usted podría tener que esperar una década para recuperar la inversión,
y eso para las acciones que no son de alta tecnología.

Es mucho mejor no aferrarse a los costos hundidos, y concentrarse en otras
clases de activos, que se incrementan rápidamente. Los compromisos emocionales
con las malas inversiones sólo empeoran las cosas.

La
trampa de la confirmación


La trampa de la confirmación se relaciona con lo anterior. Las personas suelen
buscar a otras personas que hayan cometido, y sigan cometiendo, el mismo error.

Obtenga asesoramiento objetivo de fuentes confiables, en lugar de llamar a la
misma persona que le dio el mal consejo inicialmente.

Si usted se encuentra diciendo algo como "nuestras acciones han caído un 30%,
pero sin duda es mejor conservarlas, ¿no es así?", usted está buscando la
confirmación de algún otro desafortunado que esté en la misma situación.

Pueden consolarse mutuamente en el corto plazo, pero es sólo un autoengaño.



Ceguera


La ceguera puede agravar cualquier situación. Incluso las personas que no están
buscando específicamente una confirmación suelen simplemente negar las
realidades imperantes en el mercado con el fin de posponer el día en el que
tengan que enfrentar las pérdidas.

Si en el fondo usted sabe que hay un problema con sus inversiones, como un gran
escándalo en la empresa o una advertencia del mercado, pero lee todo el
periódico menos las notas financieras, es probable que sufra este efecto
cegador.

La trampa de la relatividad


La trampa de la relatividad también está allí, esperando para llevarnos por el
mal camino. Todos tienen una psicología diferente, que se combina con un
conjunto único de circunstancias que se extienden al trabajo, la familia, las
perspectivas laborales y las herencias.

Esto significa que, si bien hay que ser consciente de lo que hacen y dicen los
demás, su situación y sus puntos de vista no son necesariamente relevantes fuera
de contexto.

Téngalos en cuenta, pero también tenga cuidado. Usted debe invertir por su
cuenta, teniendo en cuenta únicamente su propio contexto.

Sus amigos pueden tener tanto el dinero como la tolerancia al riesgo suficiente
como para especular en inversiones arriesgadas, pero si usted tiene unas
ganancias modestas, esto no es apropiado para usted.

La trampa de la superioridad


Para algunas personas, la trampa de la superioridad es extremadamente peligrosa.
Muchos inversores piensan que saben más que los expertos o que el propio
mercado.

Ser inteligente o tener conocimientos no significa que no sea necesario recurrir
a un buen asesor independiente y, más aún, no significa que pueda burlar el
complejo sistema de los mercados.

Muchos inversores han perdido fortunas por estar convencidos de que eran mejores
que el resto. Además, estas personas son presa fácil para algunas de las otras
trampas antes mencionadas.

Existen (y siempre ha habido) profesores de finanzas en las mejores
universidades que son teóricamente brillantes, y esto puede hacerles pensar que
pueden obtener ganancias con facilidad en el mundo real.

Algunos realmente tienen éxito, pero otros fracasan estrepitosamente. Por más
extraño que pueda parecer, alguien con un doctorado en finanzas puede llevarlo
por la dirección incorrecta (por ser demasiado calculador o por estar demasiado
confiado), mientras que alguien que no tiene más que un simple diploma de
economista puede tener un don especial para el mercado y obtener una fortuna.

Conclusión


La psicología humana es una cosa peligrosa, y hay algunos errores comunes que la
gente comete una y otra vez.

Es muy fácil caer en una de estas trampas mentales, especialmente cuando se
actúa bajo presión o influenciado por la tentación o el estrés.

Las percepciones erróneas, el autoengaño, la negación de las pérdidas, buscar el
consuelo de otras víctimas, entre otros, le pueden costar muy caro.

Sea consciente de la naturaleza de estas trampas y siempre sea honesto y
realista con usted mismo. Por otra parte, busque el consejo de personas
competentes, que pueden devolverlo a la realidad antes de que sea demasiado
tarde.

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