Pocas plantas visten tanto un jardín como aquellas que se enredan en las
paredes. “Por un lado contribuyen a la estética del lugar ya que se puede
ocultar una pared o puerta que no guste con una enredadera y seguramente lucirá
mucho mejor.
Otra cuestión tiene que ver también con la estética y es que pocas plantas
son más bonitas y románticas”, sostiene la diseñadora de jardines, la
española Rita Moner Camino.
Algunas trepadoras:
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Hiedra
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Madreselva
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Rosal trepador
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Parra
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Glicina
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Alamanda
Para qué pueden utilizarse esas magníficas y tupidas plantas:
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Para cubrir un muro. “Si el muro es de ladrillo se puede colocar cualquier
enredadera como la hiedra o la enamorada del muro. Duran todo el año haya calor,
viento o frío”, comenta la especialista.
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Para colocar en un alambrado: “Las mejores opciones son las plantas que creen
de modo tupido y grueso. Si es para decorar hay que inclinarse por las plantas
que dan flores”, argumenta Moner Camino.
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Para cubrir una pérgola: “Una buena alternativa son las glicinas. Dan color y
buen aroma y crecen rápidamente”, aconseja la profesional.
La poda de las enredaderas
Hay diferentes tipos. “Poda de limpieza, de forma, de renovación o de
floración. Cada una se lleva a cabo de modo diferente y es conveniente que se
haga por una persona que tenga experiencia en el tema”, comenta la
diseñadora.
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Formación: hay
enredaderas que crecen sin control y que cubren zonas que no
deberían. En estos casos e efectúa un corte con una forma especial para ir
guiando a la planta.
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Limpieza: consiste en cortarla para eliminar ramas muertas,
frutos densos u
hojas secas
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Renovación: eliminación de ramas ya viejas y dejar espacio para que crezcan
nuevas
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Floración: solamente se efectúa en aquellas trepadoras que dispongan de flores
decorativas, como por ejemplo glicina, jazmín o rosal.
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