¿Ha oído hablar de la nueva rutina "científica" de 7 minutos? Está haciendo
furor,
gracias sobre todo a un artículo del New York Times que le dio el puntapie
inicial a su gran popularidad actual.
Vamos
a empezar con algunos datos antes de analizar profundamente este método.
En primer lugar, el New York Times atrajo la atención de todos agregando la
palabra "científico" para describir esta rutina,
basándose en que esta rutina fue inicialmente presentada en una publicación del
“American College of Health & Fitness”.
Esa
palabra hizo parecer que se trataba de algún tipo de estudio hecho en un
laboratorio por investigadores con doctorados en disciplinas como ciencia del
deporte, metabolismo y biomecánica, que realizaron un estudio con controles y
estadísticas, que fue publicado en una revista revisada por expertos.
Pero
esto no es del todo cierto.
La revista oficial de la “ACSM” se llama “Medicine
& Science in Sport & Exercise”
(Medicina y Ciencia en los Deportes y el Ejercicio). Este artículo fue publicado
en
otra
revista de ACSM, llamada “Health & Fitness Journal” (Diario de salud y fitness).
Pequeña gran diferencia,
sobre todo porque los
autores de la nota, no son investigadores:
no tienen
doctorados
y no publicaron ningún estudio
verificado y revisado. Los autores
son simplemente profesores de educación física
que han leído algunos estudios y compartieron algunas anécdotas.
Básicamente, se les ocurrió una forma rápida para diseñar un entrenamiento, y el
New York Times se encargó de exagerarlo de forma impresionante.
¿Cuál es el problema?
Un
par de los ejercicios de esa rutina no eran tan útiles, y que la premisa básica
que atrajo la atención de todo el mundo (el asunto de los siete minutos) es algo
que resulta atractivo para aquellas personas que no tienen tiempo para hacer
ejercicio.
Y ahí está el problema. El entrenamiento se realiza a una gran intensidad, por
lo que las personas sedentarias que lo pongan en práctica, probablemente no
podrán completarlo.
Esto no es culpa de los autores originales. Ellos trabajan con
deportistas de alto rendimiento
que viajan mucho y, a veces, necesitan realizar un entrenamiento rápido y sin
equipamiento, para mantener su nivel (de elite) sin perder su estado atlético.
Muchos especialistas con sus
afirmaciones
de que un circuito de entrenamiento de alta intensidad "puede ser una manera
rápida y eficaz para bajar de peso y disminuir la grasa corporal".
Analicemos esta declaración sobre la pérdida de peso. Se hace referencia a
cuatro artículos para respaldar esta afirmación:
– El primero de ellos no menciona la pérdida de grasa.
– El segundo no sólo tiene más de 20 años de antigüedad, sino que es sólo un
estudio de la “EPOC” (que tan elevado se mantiene el metabolismo después de
hacer ejercicio); y ese estudio muestra que, si bien la EPOC puede ser mayor en
un circuito de levantamiento de pesas que en los ejercicios de pesas
tradicionales, el entrenamiento aeróbico es aún mejor. Es más, en el gran
esquema de la pérdida de grasa, la EPOC no influye.
–
En este estudio, no se controló la dieta, sino que simplemente se la reportó. Es
más, el grupo de alta intensidad puede haber perdido más peso, pero también
ingirieron una menor cantidad de calorías.
– Por último, tenemos otro estudio que no menciona la pérdida de grasas.
En
resumen: para
perder peso es necesario controlar la ingesta de calorías porque, a menos que
usted pueda entrenar varias horas por día, simplemente no podrá entrenar lo
suficiente como para compensar una mala dieta, sin importar lo intenso que sea
el entrenamiento.