En primer lugar nadie puede ni debe “imponernos” uno, ni tampoco debemos
dejarnos influir por su apariencia, ya que lo importante es como trabaje, lo
bien que nos defienda y la persistencia en cada causa.
Si llegamos a uno, lo ideal es llegar por recomendación o referenciados
por otro cliente con quien haya actuado bien, siempre y cuando lo que le
llevemos a resolver se trate de la especialización a la que se dedique.
Una vez la primera entrevista, no importa si cobra o cuanto cobra la consulta,
es una inversión, no juzguemos por el precio, sino por la calidad y el servicio.
(sin olvidar pedir recibo, por cualquier reclamación posterior)
Si este nos dio confianza, nos contuvo, nos explicó el procedimiento a seguir,
(sin vueltas y con un lenguaje para un lego, no como profesor de facultad o
político) entonces lo importante es morir en sus manos.
Que quiero decir con
esto? CONFIAR. Quienes hemos tenido la experiencia de ir a quirófano, sabemos
que confiando en el cirujano no estaremos con un ojo abierto en la operación
controlando lo que este haga, cierto? Bueno, esto es igual, salvando las
distancias…
Por tanto, confiar implica “dejar hacer”, ya que un abogado al que lo están
auditando todo el tiempo (llamando por teléfonol, controlando si dejó el
escrito, si fue a ver la causa, etc) –sabiendo los tiempos de tribunales-,
no trabaja bien, y cuanto antes termine su juicio, mejor estará, amén de
sospechar que su cliente desconfía de sus actos…
No es buen abogado el que jamás nos atiende por teléfono y siempre nos “patea”
para otro día. No es buen abogado quien se olvida que tiene exptes y los va a
ver cada vez que tiene ganas.
Tribunales es una experiencia única, si lo dudan dense una vuelta alguna vez y
lo verán: interminables colas en los juzgados y despachos que tardan a veces
semanas en salir.
En un mundo conectado como estamos, podemos ver nuestra causa (pidiéndole tales
datos al abogado: Carátula de los autos, Ej. Perez Juan c/Gómez Carla s/daños,
Nro de expte, Nro de juzgado) ya sea por Internet o personalmente.
El abogado no puede negarse a dar estos datos.
Si tenemos dudas o no fuimos recomendados por ningún conocido, podemos verificar
en el Colegio de Abogados de la zona (San Isidro, Capital, Lomas, etc.), si está
inscripto y si tuvo alguna sanción. Hoy día, también se sabe mucho por Internet,
y así también la trayectoria de un abogado.
Asimismo este podrá pedir un Poder para actuar en juicio y podrá hacer firmar un
Convenio de honorarios o Pacto de Cuota Litis con el cliente. Si no hace firmar
el Convenio, se estará a la Regulación del Juez en Juicio, que se basa en la ley
de honorarios profesionales
Recuerden que no se pueden pactar honorarios más allá del 40% y esto cuando el
abogado se haga cargo de todos los gastos del juicio
(según Ley de honorarios de
la Capital Federal)
Tampoco se podrán pactar honorarios en cuotas eternas, y menos en razón de la
extensión o complicación del juicio. En general se establece un porcentaje sobre
el monto a discutir, y recuerden que se abonan no sobre lo que se pide en la
demanda sino por lo que finalmente se cobra, sea por sentencia o conciliación.
Tampoco debemos temer del Poder, ya que en el mismo se puede hacer constar no
solo que se trata de un poder judicial especial (esto es, solo para
actuar en determinado juicio/s) sino también que el abogado no esta
habilitado a cobrar en su nombre, por las dudas.
No duden jamás en acudir a un buen abogado si lo necesitan, solo por ahorrarse
unos pesos, menos si los tienen, la mayoría de los juicios se originan en la
falta de asesoramiento previo que hizo que se demandara posteriormente.
A veces pagar una consulta para que nos lea un Contrato o un documento, o un
convenio de deuda o de indemnización, nos salvará de problemas posteriores, ya
que la firma en los mismos es una estampa insalvable de nuestra aceptación al
mismo, ojo.
Y en último término, no es confiable quien se vanagloria, ni quien se jacta de
“contactos” que a veces no son ciertos y uno en la necesidad de que salga el
juicio paga cualquier cosa.
Hoy todo expte (judicial o administrativo) puede
verse; sea en tribunales, en el Ministerio de Trabajo, en Anses, y las causas si
no se reservan, están a la vista de la parte en cualquier momento.
Y como le digo a mis clientes: LEAN ANTES DE FIRMAR, SIEMPRE Y TODO, si
no entienden: no firmen, y menos se dejen asesorar por un abogado de la otra
parte o empresa o que no conocen y que responde a los intereses de otros no a
los nuestros, firmen cerquita del ultimo párrafo (para que no pueda agregarse
nada entremedio) y QUEDENSE CON UNA COPIA DE ESO QUE FIRMARON, es
obligación que se las den, no hablo de los escritos de juicio (que a veces los
clientes piden como resguardándose, y pocas veces entienden jurisprudencia o
léxico de los mismos), sino de Documentos, contratos de cualquier índole,
recibos, etc.
Reconocer un abogado es fácil: traje y corbata o tallieur, maletín o atache,
celular en mano y cantidad de carpetas.
Dirán “imperioso” en vez de importante o
urgente, “fojas” en vez de hojas, “recaudo”, en vez de requisito…
Lo difícil es reconocer al buen abogado…
Por Dra. Vanesa Di Cataldo
www.estudio-dicataldo.com.ar
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