Los pies y las manos son las zonas más castigadas y olvidadas del cuerpo.
El tratamiento con Parafina les devuelve la hidratación y lozanía perdidas.
Al proporcionar un calor moderado y oclusión, mejora la penetración de principios activos.
De este modo, estimula la nutrición de la epidermis y combate la deshidratación superficial.
Cómo se realiza el tratamiento
El primer paso es siempre una correcta higiene antiséptica que dejará la zona libre de sudor, cremas, desodorantes, etc.
A continuación se aplica una emulsión enriquecida con masajes relajantes hasta su absorción total.
Separando los dedos para que cubra toda la superficie a tratar, sumergimos en parafina y retiramos hasta que comienza a solidificar.
Reiteramos el procedimiento de 3 a 5 veces hasta lograr una capa suficiente para retener por más tiempo la temperatura.
Colocamos una bolsa plástica y luego una manopla o escarpín de toalla para mantener el calor.
Al cabo de 10 a 15 minutos se retiran los envoltorios y la parafina se desprende de una sola pieza.
Allí se observan los magníficos resultados.