Llevo años pregonando que todo negocio online debería tener al menos una fuente
de ingresos recurrentes.
Si no sabes lo que es un ingreso recurrente, es dinero que tú recibes todos los
meses, todo el año, aunque no estés lanzando productos o servicios nuevos.
Tienen la gran ventaja de estabilizar tus ingresos mensuales y darte lo que toda
mujer busca: ¡la seguridad de que siempre habrá dinero!
La forma más conocida de recibir este tipo de ingresos es con algún programa de
membresías, en el cual tú entregas tu información y servicio a cambio de pagos
mensuales por parte de tus clientes.
Pueden ser membresías de bajo costo, por 10 a 20 dólares mensuales, o membresías
de costo elevado, como son los programas de coaching grupal, adonde las personas
pagan varios cientos de dólares mensuales para poder acceder a tus productos y
servicios.
Todos estos programas tienen un factor en común: el dinero fluye a tu cuenta
bancaria sin cesar, todos los meses, todo el año.
La primera vez que me di cuenta del poder del ingreso recurrente fue cuando me
fui por un mes de vacaciones con mi familia, hace 4 años atrás.
Durante ese mes, no hubo merma en mis ingresos. ¡Todo lo contrario: se
inscribieron más miembros en el programa que yo tenía en ese tiempo!
Ahora conocí el poder del ingreso recurrente desde un ángulo muy diferente:
Mi padre estuvo gravemente enfermo y tuve que dejar todo botado para estar a su
lado. En el poco tiempo libre que me quedaba, traté de escribir mis boletines y
artículos que habitualmente envío, pero no fui capaz.
Estaba emocionalmente devastada, porque tuve que aceptar que, inevitablemente,
pronto nos iba a dejar. Aparte de estar dedicada a pasar la mayor cantidad de
tiempo con él, mi dolor fue tan grande que no podía cumplir con los deberes
rutinarios de mi negocio.
Una situación totalmente nueva para mí, ya que suelo ser muy disciplinada para
cumplir con mis clientes y seguidores, sea cual fuere mi circunstancia.
Pero esta vez fue diferente: ¡simplemente no podía trabajar!
Sin embargo, mi negocio nunca se estancó. Los ingresos recurrentes entraban
todos los días y me pude desentender de mis finanzas, confiando que mi sistema
de membresías iba a funcionar fielmente, tal como lo ha hecho ya por muchos
años.
Mi padre falleció, pero estoy tranquila, porque sufrió pocos dolores y ahora
está en paz. Más que nada, estoy profundamente agradecida de Dios por el tiempo
que pasé a su lado, junto con mis hermanas, durante sus últimos días de vida.
Y ahora que estoy de vuelta en casa, lista para retomar mi vida y mis
responsabilidades, veo con una gran satisfacción que mis ingresos siguieron
entrando durante mi ausencia.
Todos los días, como un reloj. ¡Ese es el gran poder del dinero recurrente!
Por Bettina Langerfeldt
http://TuSitioDeMembresia.com
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