Adquirir la costumbre de ordenar cada día puede llevar su tiempo, pero es la
única manera de poder mantener la organización, sobre todo si son varios los
habitantes del hogar.
La mayoría de las personas tiene inconvenientes en mantener el orden diario.
Si se adquiere esta conducta no habrá nunca caos, lo difícil es tomar conciencia
de que la limpieza es necesaria ya que es normal que dé pereza, sobre todo si el
trabajo fuera de la casa deja muy poco tiempo para dedicarle a la organización
cotidiana.
Hay que hacer un esfuerzo y sacar tiempo de donde sea para que la tarea sea
liviana.
Recomendaciones:
·
Dividir las tareas. Cada miembro de la familia debería poder encargarse de
diversas actividades relacionadas con el mantenimiento del orden dentro de la
casa: sacar la basura, lavar los platos, ordenar cada uno su habitación, etc.
·
Tener la costumbre de no guardar trastos viejos que no sirven para nada por las
dudas de que en algún momento sean de utilidad.
Ocupan espacio y no tienen un objetivo más que acumular lugar y suciedad. Lo más
lógico es deshacerse de lo que no se necesita.
·
La limpieza a fondo puede hacerse una vez por semana. Sin embargo hay gestos
cotidianos que se deben realizar.
Acomodar lo que se ha sacado de lugar, barrer los pisos, levantar la mesa y
lavar la vajilla. Esto también hará que no haya insectos indeseados dentro de la
casa y que se respire un buen clima.
·
El orden de los espacios comunes es muy importante. La cocina, el salón y el
baño son espacios que deben ser cuidados por todos sus integrantes.
Luego del baño, lo más conveniente es que cada uno limpie y deje en condiciones
el lugar para que la siguiente persona que venga se sienta a gusto y haga lo
mismo pensando en la otra persona que vaya a utilizar ese ambiente.
·
Organizar los armarios cuesta bastante. Sobre todo para quienes tienen poco
espacio y la ropa de todas las estaciones está guardada en un mismo sitio.
Es más sencillo guardar cada prenda luego de utilizarla a dejarla tirada por ahí
para que se acumule con el tiempo, se arruine y ensucie.
·
Tener la costumbre diaria de realizar ciertas labores sin posible postergación.
El sacar la basura o lavar la vajilla deben estar entre las prioridades.
·
Los productos para almacenar son muy útiles y ayudan a mantener el orden sobre
todo de los más pequeños. Hay estanterías de plástico especiales para que los
niños guarden sus juguetes o libros.
·
Tener criterio a la hora de comprar. Muchas veces el desorden que se manifiesta
es producto de adquisiciones inútiles.
La casa se va llenando de objetos que no sirven de mucho, pero que ocupan sitio.
Esto hace que el desorden sea cada vez mayor hasta que llega el momento de tener
que deshacerse de ese producto que se compró sin sentido.
·
Si se tiene algo de tiempo libre, intentar realizar una limpieza más profunda
con la ayuda del resto de integrantes de la casa.
Yolanda
Río-Pérez, decoradora y especialista en viviendas, ayuda a miles de personas a decorar sus
hogares con personalidad y buenos criterios.
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