¿Estaré cobrando demasiado?
Es una pregunta que toda mujer emprendedora que es mentora, coach o consultora
de otros, se hace al colocar un precio a sus productos y servicios.
Es una pregunta que viene—muchas veces de forma inconsciente—desde un lugar de
temor: el miedo de no ser capaz de entregar lo que se espera, de no estar a la
altura, de sentirse inadecuada y demasiado inexperta.
Sabes que tienes ese temor cuando rehúsas tomar acciones que te obligan a
evaluar el valor que entregas y que pueden incrementar tu negocio, como hablar
en público, establecer tu propio grupo platino o hablar con un mercado nuevo al
jamás has contactado y que podría beneficiarse con lo que haces.
Otros síntomas que demuestran tus dudas acerca del valor que entregas son:
·
Cobrar muy poco.
·
Entregar demasiado.
·
Aguantar y no “rayarles la cancha” a clientes problemáticos.
·
No poner límites claros con tu equipo de trabajo.
·
Entregar servicios adicionales a los acordados con tu cliente inicialmente.
·
Dar descuentos en exceso y correr las fechas límite de los descuentos que
ofreces temporalmente.
·
Y la lista sigue y sigue.
¿Cómo puedes cambiar esta situación de una vez por todas, para que deje de
carcomer tus ingresos, consumir tu tiempo e incluso sabotear tu negocio?
1. Conecta con tu valor intrínseco
Una de las cosas que más te van a ayudar a valorar lo que entregas es saber con
certeza que estás en tu negocio por un propósito divino.
Puede ser que te estés comparando con otros y, externamente, parezcas ser “una
más del montón” que está luchando por su lugar en la web. O que vengas de una
situación familiar que te dejó con una pobre imagen de ti misma.
La verdad es que TÚ puedes decidir si vas a percibir tu valor de esta manera o
no, porque no es como Dios te ve. Cuando él te creó, tenía un plan para ti y te
dio los talentos necesarios para caminar en él. Ese plan nunca cambia,
independientemente de tus circunstancias pasadas o actuales.
Dios te ve como una creación única y preciosa, que es perfectamente capaz de
lograr cosas maravillosas. Acércate a Él y descansa en lo mucho que ÉL te
valora.
Una vez que decidas ya no permitir que tus conflictos internos te impidan
evaluar lo que realmente vales, estarás lista para el próximo paso:
2. Anota los beneficios que tus clientes reciben
Enfócate en tus servicios desde otro ángulo: evalúalos de acuerdo a los
beneficios que entregas.
Elabora una larga lista, de al menos 30 beneficios que tus clientes han logrado
o pueden lograr con lo que les enseñas.
Vas a ver que, mientras elaboras esta lista, tu percepción de tu trabajo va a
cambiar rápidamente y ya no vas a tener remordimientos al colocar un precio
digno que realmente refleje el valor de lo que haces.
3. Publica los beneficios que tus clientes reciben
¡Pero no basta con que sólo tú lo sepas! Usa la lista para comunicar tu valor a
tus clientes: cuando hablas con ellos por teléfono o en público, cuando ofreces
tus productos, cuando escribes tus cartas de ventas, etc.
¡Verás que comenzarás a cobrar un precio que te hace feliz a ti y que sentirás
una nueva seguridad que atraerá a los clientes que realmente saben valorar lo
que entregas como coach, consultora o mentora!
Por Bettina Langerfeldt
www.BettinaLangerfeldt.com
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