Es muy
importante que nos cubramos con luz blanca, para que la frecuencia se leve y
evitar que energías que no corresponden nos rodeen y bloqueen nuestros procesos
de contacto.
Para esto, vamos a cerrar los ojos para interiorizarnos. Comenzamos a respirar
lento y profundo y nos imaginamos que un rayo de luz blanca nos cubre de la
cabeza a los pies.
Ese rayo baja y desde la cabeza comienza a bajar hasta cubrir
completamente nuestro cuerpo hasta vernos envueltos en una especie de burbuja de
luz blanca brillante.
Una vez logrado esto, estamos listos para comenzar con la meditación, relajación
e interiorización.
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