Fiestas en plenitud con toda la familia

Los días de fiesta, son un tiempo de placer y goce, donde se disfruta de tener a toda la familia alrededor. Pero, como sabemos, conseguir que dos o tres generaciones familiares diferentes puedan reunirse, -y mantenerse entretenidas-, puede resultar a menudo algo dificultoso. En esta nota, siete sencillas sugerencias para salvar esta dificultad


Cómo parte integrante de una familia, sus miembros deberían tener una gran
cantidad de cosas en común… ¿Porqué entonces es tan agotador para padres e
hijos ir a la "casa" de los abuelos?

Diferentes agendas


Según los especialistas, una de las razones para que se produzcan estos “choques
generacionales”, es que cada generación tiene una diversa “agenda” en mente, con
todo lo que ello implica, respecto a intereses y motivaciones.


Por eso, en muchas ocasiones, no es nada sencillo encontrar puntos en común que
los unan. Y el resultado de ello, podría ser incluso ánimos lastimados y otros
malentendidos.


Algunos problemas, también podrían presentarse cuando la generación que
corresponde a la gente de mediana edad, ve a una visita familiar como un momento
en el que pueden abandonar sus responsabilidades y sentirse nuevamente "niños",
dejando así la preparación de la comida y el entretenimiento de los más chicos
en manos de los “abuelos”.


Las generaciones más adultas, por su parte, pueden encontrar esto como algo
físicamente agotar, lo que los llevará, en una próxima ocasión, a ser renuentes
a volver a organizar un evento familiar.


Pero también tenemos el caso opuesto al anterior, donde la generación de las
personas de mediana edad (a la que en este caso denominamos “sandwich”, ya que
ha quedado en medio de sus padres e hijos) puede considerar la vuelta a la casa
de sus padres, con sus propios hijos, como una oportunidad para demostrarles, de
una vez por todas, que ya son adultos.


Entonces, cualquier tentativa de los “abuelos” por entretener o disciplinar a
sus niños, será interpretado por ellos como un ataque contra su autoridad y
adultez. Pero también, si los abuelos reconocen la edad adulta de sus hijos
evitando la responsabilidad de velar por los nietos, los padres pueden sentirse
defraudados por no contar con la ayuda de sus propios padres, para poder pasar
una velada más tranquila.

Según los especialistas, la clave es poder hablar de lo qué va a suceder en la
fiesta por adelantado. De esta forma, todo se dejará bien en claro antes
del inicio del fragor de la fiesta, y se podrá así acordar una visita menos
agotadora. Si alguien no cumple con lo previsto, quedará en claro de quien es la
responsabilidad…

Los sietes pasos del “deje bien en claro” para
llegar a la armonía

1. Un tiempo aparte


Deje bien en claro que es lo que cada uno necesita para pasar cada minuto de la
fiesta. Si usted desea un tiempo a solas con su pareja, sugiera a sus padres que
se preparen para compartir en ese momento algún tipo de actividad junto con sus
nietos, como por ejemplo llevarlos a ver las luces puestas para el día de
fiesta, las galletas que se cuecen al horno o simplemente a ver la televisión.


De la misma forma, si sus padres le anticipan que tienen algún problema de
salud, usted podría comprometerse a llevar a sus hijos afuera durante algún
tiempo, de modo que ellos puedan tener un cierto tiempo para recuperarse del
trajinar de la fiesta.

2. Los preparativos de la comida


Deje bien en claro por adelantado cómo se manejará el tema de las comidas y todo
lo que circunda a este ítem. Sin dudas, esto requerirá de una delicada
negociación, ya que algunos adultos podrían rechazar las iniciativas de ayuda,
para demostrar independencia e iniciativa.


Sin embargo, como hijos no deben permitirles hacerse cargo de todo, y
asistirlos, aunque sea implícitamente, con este tipo de propuestas: “aprendí una
muy buena receta para el pollo, déjame hacer eso a mí” o “debo preparar unas
ensaladas para otra fiesta, así que voy a aprovechar y a hacer algo para la
nuestra”.

3. Aclare las necesidades


Deje bien en claro a la generación más adulta cuales son las rutinas, costumbres
y necesidades de sus hijos. Si quiere asegurarse de que todos en la familia
pasen un buen momento, propóngales a los “abuelos” algunas actividades que
puedan llegar a compartir en diversión junto a sus hijos. Pero no se olvide de
investigar sobre las rutinas y necesidades de la generación más adulta, también.

4. Necesidades especiales


Deje bien en claro quien se ocupará de las necesidades especiales, antes de
efectuar la visita. Si en la casa habrá bebes que gatean, deje en claro quien se
hará responsable de tapar los enchufes de la pared.


Si hay alguien que necesita una alimentación especial, como un diabético o una
persona con problemas coronarios, deje claro quien se ocupará de prepararle la
comida especial. Si un hijo adolescente se ha hecho vegetariano, lo mismo.

5.
Evite las situaciones irritantes


Deje bien en claro por adelantado como manejarán ciertos hábitos de determinada
generación que pueda molestar la otra. Por ejemplo, si los “abuelos” suelen
fumar, pero usted no desea que lo hagan delante de sus hijos, pídales por
adelantado que en ese momento se marchen a otro sitio.


Por supuesto, siempre se corre el riesgo de oír "ésta es nuestra casa y nosotros
podemos hacer lo que deseamos en ella" pero, si no es dicha de forma
irrespetuosa, oír una vez más esta frase podría traerle algún recuerdo cariñoso.

6. Déle lugar a la flexibilidad


Déjeles bien en claro a sus hijos que las reglas, la comida, o los tiempos,
pueden ser muy diferentes en otro hogar. Los buenos modales, generalmente
implican un compromiso de todas las partes. Trate a sus parientes con el mismo
respeto con el que trataría a sus amigos.

7. ¡Concurra solamente si lo desea!


Déjese bien en claro a sí mismo si realmente tiene ganas de concurrir a la
fiesta, o lo hace por compromiso. No se comprometa a hacer la visita a menos que
realmente desee ir.


Si no tiene ganas de hacerlo, invite a otros miembros de la
familia para que le visiten en su casa, concierte la reunión en un sitio neutral,
como un restaurante, o planee (y arregle) visitar a esos familiares en otro
momento, en el que haya menos tensión y más entusiasmo.


Por supuesto que, como cualquier cambio, todos estas modificaciones implican
ciertos riesgos. Pero si las familias ponen un verdadero deseo de estar juntas y
en plenitud durante estos días de fiesta, podrán, mediante estas sencillas
sugerencias, evitar cualquier tentativa de volver a las viejas conductas que
tantos conflictos pueden haber provocado.


Pero, en todos, los casos, será responsabilidad de las generaciones medias (más
flexibles que las adultas, más responsables que las menores) hacer todas estas
sugerencias.

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