Comencé
a tomar conciencia de ellos, nuevamente y a esta altura de mi vida, gracias a mi
hija de siete años.
Usualmente
el lavarse la cara y cepillarse los dientes por la mañana y por la noche se
tornó en un hábito casi distinto día a día gracias a ella, pues le introduce
la parte “mágica” que tienen los niños.
Y
fue ella la que me hizo notar “algo” real y que hasta ese día no había
VISTO.
Ascendimos
al colectivo una tarde, sube ella primero mira al colectivero y le dice
“Buenas Tardes” como si saludara a un “conocido”, por supuesto
sorprendido él le devuelve la cortesía.
Acto seguido se da vuelta y me mira
con cara interrogante, me acerco a la máquina para sacar el pasaje y me dice
(todo esto sin ningún tipo de vocecita en secreto, no, para qué, los niños de
ahora hablan “fuerte”) MAMÁ porque no lo saludaste? …..
Se
imaginan mi cara??? Sí, así era más que de sorpresa, de no tener una
respuesta rápida para darle.
Velozmente
dije: “Porque no lo conozco, cómo voy a saludar a cada colectivero cada vez
que subo a un ómnibus?
Sabiamente
ella replica: Mami, si le das los buenos días o tardes al policía de la
esquina, a la cajera en el supermercado, al taxista, al remisero porqué no a él???
Rápidamente
activé mi “cerebro” y me dije, ¿por qué no? La verdad y en realidad, la
persona que maneja todos los días el colectivo que tomo para ir a trabajar,
siempre o casi es la misma, cuando regreso, es igual a la ida. ¿Por qué? volví
a peguntarme….
Durante
el trayecto me di cuenta que la única que lo había saludado era mi hija, medité
más aún en ello. Esa persona es la que tiene nuestra vida en sus manos durante
nuestro recorrido, en la mayoría de los casos son cordiales.
Ahora
porqué nadie los saluda, no estaríamos viajando como “más en familia” si
cada uno que asciende le desea los buenos días, tardes o noches? No sé sentiría
el colectivero mejor sabiendo que le importamos un poco y que en realidad no es
un mero “transportador”??? Y qué es un ser humano como cualquiera de
nosotros!!!
La
verdad no sé que opinaran los que lean esto, pero yo desde ese día saludo a
todos, no me importa lo que piense el resto del pasaje, sino como realmente me
siento yo. Les invito a que lo realicen, verán como cuando toman asiento o están
parados el viaje les resultará mucho más placentero.