El HIV es
un virus que afecta el sistema inmunológico, específicamente las células CD4,
que ayudan a proteger al cuerpo de las enfermedades.
Distinto a lo que ocurre con otros virus, el sistema
inmunológico humano no puede eliminar el HIV.
Una vez progresa el virus, ataca y destruye tantas células
CD4 que el cuerpo no puede luchar más contra él. Cuando esto ocurre, puede
conducir a la adquisición del síndrome de inmunodeficiencia (AIDS).
Cuando esto ocurre, necesitas tratamiento médico para
sobrevivir. Por eso, es tan importante prevenir el virus y en su defecto,
conocer sus síntomas para encontrarlo a tiempo.
Los síntomas pueden diferir de hombre a mujer y es importante
conocerlos todos ya que varían incluso, de persona a persona. Sin embargo, por
lo general, hay ciertos factores que se repiten.
En hombres
-Enfermedades agudas
Incluyendo síntomas como erupciones, fiebre, dolores de
cabeza fuerte y dolores de garganta.
Otros síntomas menos comunes pueden ser: fatiga, ganglios
inflamados, ulceras en la boca o genitales, nauseas y vómitos, sudores nocturnos
así como dolores musculares y en la articulaciones.
-Periodos asintomáticos
Cuando los primeros síntomas desaparecen, el virus comienza a
debilitarte aunque no lo sientas. Puedes no sentirte enfermo, pero el virus esta
aun activo y puedes transmitirlo fáciles a otros.
-Infecciones avanzadas
En mujeres
-Erupciones en la piel y llagas
-Glándulas inflamadas
-Infecciones
-Fiebre y sudores nocturnos
-Salud reproductiva
Las mujeres con HIV tienden a tener problemas en su salud
reproductiva, incluyendo cambios en la menstruación o ausencia de períodos.
Tanto en hombres como en mujeres, el testeo es el mejor
antídoto para prevenir o encontrar a tiempo el virus del HIV.