Yo le digo blanco, y él le dice negro, y los límites, ¿dónde están?

“Allá está otra vez, sentado frente a la maquina de los videojuegos, ¿Acaso no le dije que vaya a hacer su tarea?, Dice la madre, con un brazo en la cadera, y los ojos apuntando ferozmente hacia el padre. El parece estar mas compenetrado en el noticiero de la tele, pero estuvo escuchando cada palabra de la discusión.

Apagando
la televisión, el padre le dice a su esposa, irónicamente, “Y bueno, si
fueras un poco más firme, seguro que te ignoraba mucho más”.

No era esa
exactamente la respuesta que la madre estaba esperando, y él lo sabía. Ella lo
necesitaba para que le dé una mano con el problema. Pero a él lo enfadó que
ella fuera tan dócil con su hijo. Y él estaba cansado luego de un largo día
en el trabajo. Primero tuvo que contener a los clientes, y ahora, en su casa, a
su esposa.

“¿Cuál
es el problema?”, dijo ella irónicamente, y a la defensiva “¡El no es el
único que no está haciendo su tarea!“¿Por qué él siempre la culpaba por
el comportamiento de su hijo?

Si él hubiera estado mas compenetrado en estos
asuntos, y hubiera tomado un rol más activo en sus funciones de padre, ella no
debería hacer siempre el trabajo sucio. Realmente odiaba sentirse como la única
responsable, todo el tiempo. “Bueno, ¿te vas a quedar ahí parado o vas hacer algo al respecto?

El
padre estaba a punto de lanzar otro ataque verbal cuando vio a su hijo observándolos
desde su “refugio”. En la pantalla del televisor conectado al videojuegos,
se podía observar un auto estrellándose contra una pared. Buena metáfora,
pensó él. Otro choque y se quemaba todo.

“Vos
recordaras que, en la escuela, el terapeuta familiar dijo que los chicos no
siguen las reglas porque habitualmente estas no son claras”, dijo el padre.
Esas palabras lograron calmar la creciente tensión de la madre, y el rostro de
ella comenzó a exhibir mas tranquilidad. O tal vez solo se trataba de
agotamiento.

Los roles en la familia son un desafío. Por eso ambos estuvieron
de acuerdo en concurrir a reuniones con terapeutas familiares. Al principio, el
padre no estaba convencido sobre su conveniencia, pero sabia que ambos estaban
perdiendo terreno en sus rol de padres. Y tal vez como marido y esposa.

La
madre se acercó al marido, puso su brazo junto al suyo, como sintiendo la
inseguridad que el tenia respecto a las relaciones familiares, y señalo, “El
consultor familiar dijo que tenemos dos funciones. Ser los conductores y el
modelo para nuestros chicos. Si nos unimos en nuestra tarea, nuestro hijo no
podrá ‘dividir y reinar’. Tenemos que ser claros respecto a lo que
esperamos de él.

Con
un ligero apretón de manos de la madre, muestra de tregua y unión, el padre
comenzó a revolver las cosas de la cocina en busca de los papeles que le había
dado el consejero familiar de la escuela la semana pasada. Aquello le recordó
que ellos tampoco habían hecho sus deberes.

Tal vez si lo hubiesen hecho, hoy
en día no tendrían estos problemas. Finalmente, hallo los papeles, busco rápidamente
la parte donde se enumeraba como “marcar reglas”, y se las leyó en voz alta
a su esposa.

“Aquí
dice que las reglas mantienen a la familia unida”. Se detuvo por un momento, e
hizo un contacto visual con su esposa. Sus ojos mostraban la confusión y vergüenza
que sentía. “Elija las recompenses y castigos que esta dispuesto a hacer
cumplir. Señálele claramente a su hijo estas reglas. Y compruebe que las haya
entendido todas.

Luego
de una rápida reunión secreta, la madre y el padre decidieron cuando querían
que su hijo termine su tarea. Llamaron al chico a la cocina, y este mirándolos
hacia abajo y delante en forma confundida y temerosa, les dijo “¿Que?”, de
manera desafiante, ignorando la situación.

El consejero escolar había dicho
que aquello era una manera de enredar a los padres en una discusión de forma
tal que el pudiera manejar la situación.

El padre, muy seriamente, le dijo,
“Tu madre y yo hemos decidido que cada noche, después de la escuela, te
dirijas directamente a tu cuarto, te sientes en tu escritorio, y realices tu
tarea. No habrá mas videojuegos hasta que la hayas terminado. Podrás salir
para pedir ayuda o para tomarte un corto descanso, pero luego volverás rápido
a terminarla”.

Su
hijo trató de disuadir a sus padres nuevamente, diciendo cosas como “ustedes
no entienden” y “esto no esta bien” para ver si aun los podía separar.
Pero ellos tuvieron en cuenta los consejos del terapeuta. Les costo mantener sus
palabras, pero se apegaron a su decisión.

Su hijo dijo a regañadientes “esta
bien!” y camino lentamente a su cuarto para hacer su tarea, mientras el
videojuego quedaba encendido.

Entonces el padre observó en la pantalla de la
tele que un camión de reparaciones había llegado para levantar el auto que se
había estrellado contra la pared, mientras el equipo de los boxes comenzaba a
repararlo. Hora para hacer algunas reparaciones en esta familia también.

La
madre le dijo al padre que estaba muy alegre de haber comenzado a poner en
practica las enseñanzas del consejero.
Afirmo sentirse alegre, ya que creía
haber cumplido con la tarea de esta semana, pero que debían volver a concurrir
a la próxima reunión escolar mañana por la noche. El padre estuvo de acuerdo.
Sin dudas tendrían algo para contar en esa reunión. Algo exitoso y
esperanzador.

Cuando
los padres no están de acuerdo en como criar a un chico, y especialmente en
como poner límites, es casi imposible encontrar una solución. Con el tiempo me
entienden, y comprenden que el problema fue haber estado un largo tiempo sin
moverse de esa situación.

Esto
suele pasar sobre todo en casos de divorcio o de familias separadas. Alí, las
parejas están mas interesados en pelearse con el “otro” por las cosas mal
hechas en el pasado, que en comenzar a compartir la responsabilidad sobre sus
chicos, algo que ellos necesitan de forma urgente.

Será necesario que hagan la
promesa de aparecer rígidos y severos, sacrificando algunos pedidos de sus
hijos para mantener a la familia en forma estable y cooperativa.

Pero
existen algunas tácticas. En los momentos en que los padres no se ponen de
acuerdo, aparecen las algunas soluciones complejas: 

La
primera se llama "reglas sobre ocupantes ilegales". Uno solo de los
padres debe encargarse de mantener la disciplina, sin que nada ni nadie le
interfieran. Este trabajo es bueno para los que tienen hijos que manejan como
nadie la rutina del “divide y reinarás”. Con esta rutina, los chicos, que
pueden ser o no los causantes del problema, tratan de salirse de los problemas,
trasladándoselos a sus padres, para que estos se peleen entre ellos.

¿Por qué?
Porque ellos han aprendido el feo arte de manipularlos haciéndolos pelear entre
ellos, y de esta forma apartarse del problema. Solo los padres que han
reconocido esta rutina en sus hijos pueden usar este tregua de manera efectiva.

La
segunda solución se llama "Equipo de disciplina". Alí, un padre solo
puede asumir el control de la disciplina solo cuando el primero da señales de
ayuda. Como en algunos juegos deportivos, basta una señal de uno hacia el otro
para que pueda subir al “ring”.

En ese momento, el otro padre se hace cargo
de la discusión, pero tampoco debe haber interferencias del padre que se
“bajo del ring”. Esta solución solo sirve cuando los padres reconocen la
necesidad de una mayor cooperación, pero no puede solucionar los viejos
problemas que arrastran entre sí.

La
tercera solución se denomina "Dos cabezas piensan mejor que una" En
este caso, ninguna decisión se toma sin la consulta y conformidad del otro.

Si
no están de acuerdo, la decisión no se toma. Esto frenará de inmediato a los
chicos que aprovechan las peleas entre los padres. Ayudará mucho a los padres
que desean trabajar juntos, pero tienen dificultades respecto a como comenzar
ese trabajo.

A
la cuarta solución la llamo "Bajarse del subibaja " Usted habrá
visto los subibajas en las plazas. Tienen una larga tabla con asientos en sus
extremidades, que se mueve hacia arriba y hacia abajo a través de una barra
intermedia.

Los padres que se pelean entre sí, son como dos chicos jugando en
el subibaja. Empuje hacia abajo uno de los lados, y el otro se irá para arriba.
Vuelva ese lado hacia abajo, y el otro subirá.

Los
padres que no se ponen de acuerdo, están enganchados en un movimiento
oscilatorio que se torna perpetuo. Y es muy difícil terminar de jugar al
subibaja, especialmente después de años de práctica.

Esta solución es para
padres que sinceramente desean parar el ritmo del subibaja en sus relaciones,
pero no pueden conseguir que el otro se baje del juego.

Requiere que quién
desee bajar, se mueva hacia el centro del subibaja y se aleje de su posición
extrema. Si su marido es demasiado dócil con los chicos, sea mas permisiva y
verá como cómo él se hace más autoritario. Si es muy duro, fije algunos límites
firmes y él será mas suave.

Su pareja no puede ayudarle a empujar desde
extremo, más aún si no es el que ha elegido originariamente. En todo caso,
estarán forzados a frenar el subibaja y mantenerse en la misma posición.

El
quinto truco se llama "El Método de resoluciones de problemas de Ben
Franklin" Se dijo siempre que Ben Franklin, un norteamericano patriota y hábil
hombre de negocios, cuando no podía tomar una decisión, tomaba un pedazo de
papel y dibujaba una línea por el centro.

Entonces ponía todas las razones de
una decisión de un lado del papel, y todas las razones contrarias a ella en el
otro. El lado con las mayores razones, ganaría.

El éxito de este método es la
confianza en la lógica y los hechos antes que en las emociones… área
particularmente peligrosa en las parejas que pelean. Pero solo funcionará con
los padres que poseen experiencia en cooperar con su pareja, aunque se quedan
apegados a emociones propias.

La
sexta solución se denomina "Tirar la moneda". A veces los padres,
incluso los que cooperan entre sí, no pueden legar a un acuerdo. La mejor opción
aquí es no tomar ninguna opción. Pero cuando ello no fuera posible, yo sugiero
a los padres que simplemente tiren la moneda.

Uno de los padres elige una cara y
la arroja al aire y, de acuerdo al lado que salga, se tomará la decisión
final. Por supuesto, a menudo me río cuando propongo esta solución, pero si la
quieren usar, cada uno de los padres tendrá un 50 por ciento de probabilidades
de ganar. Y sé fehacientemente que en un alto porcentaje los padres optan por
este sistema para decidir la solución que tomarán.

El humor es una habilidad
importante en las negociaciones de pareja. Cuando estas toman sus roles
demasiado en serio, pierden la perspectiva de lo que están intentando lograr, y
la guerra entra en erupción. Hoy en día, las familias experimentan mas tensión
que en el pasado.

Por ello, el humor y una actitud flexible es crucial para la
cooperación. Esta solución solo funciona con padres que generalmente cooperan
entre sí, pero de vez en cuando se apegan demasiado a sus decisiones.

Estas
seis soluciones cubren todas la gama de situaciones donde las parejas pueden
discrepar entre sí. Si no funcionan, concurra a un terapeuta familiar que le
ayude en sus decisiones. De otra forma, la guerra continuará. Y como en las
guerras reales, los niños a menudo son inocentes de las causas que las generan.