Ante todo, debe saber que el beneficio de una inversión es proporcional a su
riesgo. Así, una colocación segura podría otorgarle beneficios mínimos, mientras
que una riesgosa, ganancias (o pérdidas) extraordinarias.
En este breve informe les presentaremos los distintos tipos de inversión, en orden de menor a mayor riego (y rentabilidad).
Plazos fijos
La inversión de menor riesgo. El dinero colocado suele
utilizarse para inversiones prácticamente sin riesgos, como el financiamiento a
un empleado de una parte de la compra de un pequeño departamento, o de los
gastos de su tarjeta de crédito.
Como se invierten montos relativamente
pequeños, y con avales bastante solventes, son muy pocas las chances de que su
dinero corra algún riesgo (aunque, ya lo sabemos, puede ser por una corrida
bancaria durante una crisis financiera o el quiebre del banco). Estos fondos,
por consiguiente, son lo que menor rentabilidad tienen.
Fondos de inversión abiertos
Cuando se habla de “Fondos de Inversión”, se suele hacer
referencia a los Fondos abiertos. Son los que suelen ofrecer todos los bancos, y
los que generalmente toman la mayoría de las personas que no conocen en
profundidad el mundo de las finanzas.
Su gran ventaja es que usted puede retirar su dinero cuando lo desee (y también
invertirlo), cuantas veces quiera, sin necesidad de pagar ningún tipo de
comisión.
Bonos
Adquirir bonos es algo bastante parecido a invertir en una acción, pero con
mucho menor riesgo. Lo que usted está haciendo al comprar un bono es, al igual
que en una acción, financiando a una empresa u organismo público.
Pero en este
caso, usted no pasa a ser dueño en parte de la organización, sino que recibe a
cabo una constancia de que ese dinero le será reintegrado con intereses en un
futuro. Por ende el riesgo es menor, pero no nulo, ya que la empresa u organismo
podrían declarar una convocatoria de acreedores o -peor aún- la quiebra.
Fondos de inversión cerrados
Son mucho más exclusivos. Son pocos y suelen estar destinados a financistas
especializados, que saben cómo moverse en este tipo de negocio. Los inversores
colocan su dinero y no lo pueden retirar antes de una fecha determinada.
A
partir de esa fecha, el fondo comienza a cotizar en bolsa, donde se pueden
comprar y vender las acciones emitidas al comienzo. Al cabo de unos pocos años,
la inversión realizada por este fondo dará ganancias o pérdidas, por lo que sus
acciones se podrán incrementar, o perder valor.
Por eso, es necesario conocer
muy bien cómo actuar en este tipo de contexto, en el que es fundamental saber
cuándo conviene vender y cuándo conviene comprar.
Acciones
La inversión en
acciones es la que mayor ganancia puede dar a corto plazo… o
la que mayor pérdida puede dar.
Sucede que al adquirir una acción, usted está
comenzando a ser dueño (aunque sea en una mínima parte) de una empresa.
Así,
usted participará de una organización a la que le puede ir muy bien o muy mal,
dependiendo de factores externos relativamente imprevisibles, como el mercado, la
competencia, las regulaciones estatales, el gusto del consumidor, etc.
Si “los
vientos” están a su favor, puede que obtenga beneficios impresionantes,
imposibles de conseguir de otra forma. Pero si no, lo mismo puede sucederle con
las pérdidas.
Imagínese que usted va un auto súper deportivo a 200 kilómetros
por hora. Si nada altera los cálculos, llegará en el menor tiempo, con la mayor
comodidad. Pero si algo inesperado sucediera (por ejemplo que se cruce un
caballo en la ruta), el vuelco será mil veces peor que en autos más lentos…
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