Los años previos al retiro, implican grandes cambios en todos los ámbitos de
nuestras vidas. Empezamos a ver un horizonte por encima de nuestras ocupaciones
tradicionales, intentamos poner en práctica aquel hobbyie
que hemos postergado por falta de tiempo, s tradicionales, y comenzamos a
planificar m que hemos postergado por falta de tiempo, y comenzamos a
planificar más detalladamente nuestro futuro.
Con nuestras finanzas, sucede
exactamente lo mismo.
Efectivamente, la cercanía al retiro exige asumir una nueva responsabilidad.
Se
trata no solo de llevar una buena vida en el presente, sino también en el
futuro. Una de las responsabilidades que esto implicará, será no perder de vista
sus gastos actuales, para determinar cuánto dinero está obligado a gastar, y
cuanto puede ahorrar.
Balanceando sus finanzas
Para saber esto último, es decir cuales son sus gastos irreductibles y sus
ingresos totales, es fundamental realizar un balance mensual de nuestras
finanzas. Hacer esto, puede ser absolutamente fácil si se toman algunas medidas
para agilizar el proceso.
Cada vez que usted gana dinero y lo deposita en su cuenta bancaria, escriba este
monto en su chequera, o en su libro de cuentas corrientes, que son más grandes y
más fáciles para mantener todo ordenado.
Pero, en cualquiera de los casos, anote
siempre todos sus ingresos.
Lo mismo debe hacerse con sus gastos, es decir anotar absolutamente todo. Si por
el contrario olvida algún ítem, por pequeño que este sea, puede llegar
consumirle horas y más horas averiguar por que no le cierran las cuentas.
Es muy
recomendable archivar siempre los recibos de compras (esto también es muy
práctico en otros dos sentidos: a. se asegure de que el negocio no se quede con
los impuestos que usted pagó, b. para el caso de que usted necesite devolver
alguna cosa) y guardarlos en una caja o un cajón.
Buscar entre todos estos
papeles para averiguar algo que usted olvidó de anotar no le será fácil, pero
por lo menos tendrá algo como referencia en caso de que las cuentas sigan sin
cerrarle.
Una vez que usted asigne un lugar determinado, -como por ejemplo cierto cajón de
su ropero-, para poner sus recibos, asegúrese de hacerlo cada vez que llegue de
la calle, como primer medida al entrar a su hogar.
No los deje en cualquier
lado, puesto que las cosas importantes tienen siempre la tendencia a desparecer
fácilmente de nuestra vista, a menos que se pongan en el lugar adecuado.
Al final de cada mes, sume todos los
depósitos anotados en su chequera o
cuaderno, y anote ese la cifra obtenida.
Luego, realice exactamente lo mismo con
todos sus
gastos. Reste el primer número del segundo, y compare la cifra
obtenida a la que tenía durante el mes pasado.
Si hace esto todos los meses,
podrá llevar un registro con el que cotejar sus diferentes gastos y egresos
mensuales. Además, si suma la cifra obtenida cada mes, podrá saber exactamente
lo que tiene en su cuenta bancaria.
De esta forma, podrá estar al tanto de
cualquier error u olvido, por parte suyo o del banco, antes de que sea demasiado
tarde.
Teniendo un registro más preciso de sus finanzas, no sólo podrá detectar los
errores a tiempo, sino también racionalizar todos sus gastos lo máximo posible,
sabiendo con precisión que gatos son imprescindibles y cuales aumentaron sus
egresos, sin mayor justificación. Ambas cuestiones, serán claves para su futuro.