Básicamente, cualquiera puede trabajar de
personal trainer. Es muy probable que alguien que durante algún tiempo se entrenó con uno de estos profesionales compre un cronometro, un buen equipo de gimnasia, y se largue a la aventura.
Es así como mucha gente que sólo desea tener un mejor estado físico puede estar arriesgando su salud al entrenar con una persona que no tiene los conocimientos necesarios como para planificar una rutina de ejercicios adecuada. En gran medida, esto sucede porque no se exige ningún título habilitante para ejercer la profesión.
Miguel Bonavida, director de un centro de rehabilitación física, sugiere chequear concienzudamente las credenciales de un personal trainer.
“Contratar a un personal trainer es una decisión seria”, afirma, al tiempo que señala que “antes de emplear a uno de estos profesionales, es necesario entrevistar a varios, para conocer las particularidades de la profesión, y saber cuáles son los certificados educativos más prestigiosos”.
Bonavida también dice que estos títulos deben estar validados por una organización reconocida, pues “hoy en día, existen institutos que otorgan un pomposo diploma con el título de personal trainer, tras solo tres meses de ‘estudio’”.
Estos títulos pueden tener un muy buen diseño, pero son totalmente extraoficiales, por lo que no deben ser tenidos en cuenta. Según cifras que maneja su centro, existen 55.000 personal trainer certificados en todo el mundo.
Luego, debe preguntarse qué tipo de persona le gustaría para trabajar como su personal trainer.
¿Prefiere que se a un hombre o una mujer?
¿Le gusta la gente reservada o la que se acerca y bromea constantemente?
¿Prefiere a alguien muy severo con el trabajo o a otro que le otorgue mayor libertad?
Estas características no dan cuenta de un buen o un mal entrenador, sino que sólo hablan de un estilo de trabajo. Pero es fundamental que usted se encuentre cómodo con su entrenador, ya que de ello depende que pueda alcanzar sus metas.
A continuación le ofrecemos las quince preguntas más importantes que usted debería formularse, antes de contratar a un profesional:
1. ¿El entrenador posee un título de un organismo reconocido, o al que usted pueda concurrir para confirmarlo?
2. ¿El entrenador le ha pedido que previamente realice un chequeo de salud con su médico de cabecera?
3. ¿Puede el entrenador proporcionar referencias de otros clientes o colegas?
4. ¿Lleva el entrenador un expediente de sus entrenamientos, y le pide una actualización de su historial médico de vez en cuando?
5. ¿Tiene también un seguro de cobertura de accidentes, para todos sus clientes?
6. ¿El entrenador le entrega documentos oficiales, incluyendo facturas y recibos de pago?
7. ¿Trabaja además en alguna institución?
8. ¿Le ofrece una disponibilidad de horarios conveniente para usted?
9. ¿Es reservado al consultarle acerca de su forma de vida?
10. ¿Le ofrece metas realistas sin prometerle resultados inalcanzables?
11. ¿Sabe respetar sus propios tiempos?
12. ¿Está vinculado con una red de profesionales, como médicos y especialistas en nutrición?
13. ¿Es bueno para comunicarse y ser claro en sus conceptos?
14. ¿Le detalla los beneficios de cada ejercicio, y como éstos repercuten en su estado físico?
15. ¿Está interesado en que, además de su entrenamiento físico, lleve una buena dieta alimenticia?
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