El antienvejecimiento y su relación con la cirugía plástica

En general, quien consulta al cirujano plástico no sólo quiere verse, sino también sentirse joven, por lo tanto, el profesional puede, como cirujano, operarlo pero, como médico debe guiarlo para que pueda retardar el proceso de envejecimiento.

 

También se debe
enseñar al paciente a que acepte la
responsabilidad por su salud, ofrecerle
dietas, suplementos (vitaminas, hormonas, etc.) y una guía sobre actividad física.

Para obtener un mejor resultado de la práctica quirúrgica, es esencial tratar
al paciente como una totalidad para lograr que se sienta bien y joven.

En este sentido tenemos que asumir que hay un conjunto de procedimientos
englobados en el tratamiento del antienvejecimiento.

El primer paso está formado por la dieta, los ejercicios y suplementos. Se
trata de lograr un balance entre carbohidratos, proteínas y grasas, un programa
de ejercicios de 30 minutos por lo menos, 5 a 7 veces por semana, y los
suplementos con ácidos grasos, vitamina C, E, betacarótenos, etc.

Este paso es
fundamental ya que, aunque parezca mentira, la nutrición es lo básico en
longetividad, pero lo menos entendido.

También es fundamental lograr la reducción del stress y controlar los niveles
de colesterol y, en general, se indica el tratamiento en base a las necesidades
de cada individuo.
Es importante conocer la relación del envejecimiento con los radicales libres.

Estos componentes químicos son producidos por el organismo durante el
metabolismo, pero también son alimentados por la polución y otras agresiones
externas. Estos radicales inestables, buscan su estabilidad en la membrana de
las células, compuesta de moléculas grasas.

Esto inicia un proceso en cadena a
través de la formación de grasa no saturada, cuando se acumulan los radicales
libres. Están relacionados con la enfermedad de Alzhaimer, la arteroesclorosis
y con otras enfermedades asociadas con el
envejecimiento.

También tienen
importancia los telómeros y la división del DNA. Con el mapeo del genoma, en
la era de la ingenieria genética, tenemos más posibilidades de controlar el
proceso del envejecimiento.

Algunas hormonas, como la DHEA, melatonina, androstenodione, pregnenolone,
pueden ser administradas, siempre que el paciente sea cuidadosamente estudiado y
controlado clínicamente para no alterar el mecanismo de feedback de la
pituitaria.

Tengamos en cuenta cuanto costó que fuese aceptada la reposición de estrógenos
en la mujer postmenopáusica.

El paciente debe ser evaluado por diversos métodos:
examen físico, análisis, Rx, ECG, perfil psicológico, evaluarlo en relación
a la diabetes, cáncer, osteoporosis, enfermedades coronarias, densidad ósea,
prueba de esfuerzo cardiovascular, stress, líbido, elasticidad de la piel,
función hepática, niveles de hormonas.

El tratamiento debe ser controlado y
debe convertirse en calidad de vida, con cambios permanentes del estilo de vida.

De la difusión y el conocimiento, depende que los tratamientos de
antienvejecimiento no beneficien solamente a una minoría.

Fuente: Mujeres
de Empresa