Cualquier buena
colección
de monedas, aun las menos requeridas, tiene altos valores económicos. El
principal problema de este hobby, es que son justamente las monedas más buscadas
las que escasean, por lo que, cuando se las puede hallar, tienen un precio
realmente muy alto.
Las monedas más valiosas, se valúan por su rareza, y el material con el que
fueron confeccionadas. Entre ellas, podemos encontrar las monedas bizantinas,
romanas, griegas, visigodas, medievales, y algunas medallas. Las monedas de las
dinastías de los Borbones, de las de los Austrias, y de los Reyes Católicos de
España, también son muy buscadas.
Como señalábamos, estas
piezas tienen una baja oferta, pero una gran demanda, lo que provocó que
aquellas personas que se dedicaban a la numismática, pero no como hobby, sino
como negocio, y contaban con valiosas piezas, muy buscadas por los
coleccionistas, decidieran vender estas colecciones… mediante subastas.
Es que justamente a través de las subastas, el vendedor puede conseguir la
máxima suma de dinero posible, ya que el precio fijado será solo el mínimo que
podrá percibir, puesto que a estos remates acuden compradores de todo el mundo,
que están dispuestos a desprenderse de todo el dinero que sea necesario, en pos
de obtener la pieza deseada.
Así, los valores con los que se inician los
diferentes remates, puede quedar ridículos en comparación con el precio final.
Lo bueno de estas subastas de numismática, es que se realizan a través del mundo
entero, y, por ello mismo, los coleccionistas pueden asistir a estos eventos sin
importar el lugar en el que residan (aunque también es cierto que en Europa y
Estados Unidos existe la más variada oferta).
Aunque se trate de casas
de remate reconocidas, es imprescindible exigir los certificados de autenticidad
de las monedas.
Características de las subastas
Cada empresa tiene su propia política de subastas. Sin embargo, suele existir
una serie de requisitos mínimos: en las subastas no se cobran impuestos a
quienes efectúen el remate, por lo que deben ser los compradores quienes se haga
cargo del total de los mismos. Además, las piezas deben ser pagadas en el mismo
momento en que los compradores las adquieran.
Por otra parte, los
coleccionistas pueden participar por correo e Internet, con lo que se puede
dificultar la competencia con personas del extranjero.
Recuerde, si observa en
el diario determinado precio por una moneda o una colección en una subasta, debe
saber que solo de trata la base, y no del precio final de venta. Por otra
parte, aunque no haya compradores, el precio jamás será inferior.
Para poder acceder a una subasta, es necesario ser mayor de edad, aunque también
es cierto que la mayoría de las casas de subasta, se pueden reservar el derecho
de admisión.
Para poder observar las piezas antes del remate, las casas de subasta sacan
catálogos y exponen las piezas al público algunos días previos al evento, para
que los coleccionistas puedan elegir cuales son las que les interesaría
adquirir.
Para el caso de
que se esté interesado en alguna pieza del catálogo, es necesario inscribirse
previamente en la subasta, de modo tal de obtener un número que lo habilite para
la disputa.