Tips para recordar caras

Se encuentra en una fiesta. Una persona se le aproxima y le saluda efusivamente. Le llama por su nombre y es evidente que éste espera que le reconozca. Pero usted no sólo ha olvidado su nombre, sino que no recuerda haberlo visto antes...

La
gente siente pavor ante estas situaciones. Si de por sí es bastante preocupante
no acordarse de un nombre, ahora si ni siquiera puede acordarse de una cara,
esto se torna una pesadilla diaria. Viven atormentadas por el temor al ridículo,
escrutan las caras de completos desconocidos y ni se fijan cuando un viejo amigo
les pasa al lado.

En los casos extremos, el problema está provocado por un
trastorno neurológico llamado prosopagnosia. La gente afectada por este problema
puede identificar muebles y ropas muy familiares, pero no logra reconocer ni
siquiera a sus parientes más cercanos. Todo el mundo se olvida de una cara de
vez en cuando, pero pérdidas de memoria extremas como ésta son raras.


Una buena memoria para las caras es de gran ayuda para recordar a la gente
durante su ausencia. Por ejemplo, un maestro al que se le pide que haga la
descripción de un antiguo alumno suyo, debe acordarse de lo que distinguía a
aquél alumno del resto de la clase.

Si el maestro no consigue evocar una imagen
de la cara del estudiante, la descripción será incompleta (o incluso será
imposible hacerla. Ello se debe a que los datos y sentimientos tienden a
agruparse alrededor del recuerdo de la apariencia de una persona. Es imposible
que recuerde muchas cosas de una persona cuya cara no recuerda.


Echémosle una ojeada

Si
se olvida de una cara, es muy probable que no haya observado con atención. Para
superar este problema, observe muy detenidamente la cara de todas las personas
que conozca; intente fijar los rasgos de cada cara nueva en su mente.

Quizá le
parezca excesivo tomarse tantas molestias, pero hay dos buenas razones para
hacerlo así: No puede saber qué cara querrá recordar en un momento posterior y
su memoria para las caras se beneficiará con esta practica, pero inténtelo una y
otra vez.


Examine la cara muy minuciosamente con mucho interés. Fíjese bien en los
detalles que hacen que esa cara sea única – una cicatriz, un hoyuelo, que esté
picada de viruela, una nariz ligeramente bulbosa o una barbilla inusualmente
cuadrada -.

Este esfuerzo consciente de observar a fondo a la gente incrementará
en gran medida su habilidad para reconocer sus caras más tarde.


Una vez que empiece a examinar las caras más atentamente, le hará falta
encontrar maneras de fijar estas observaciones en su memoria, esto es que se
queden gravadas en su mente. Un método consiste en exagerar en su mente los
rasgos más sobresalientes de la cara.

Seleccione detalles que le parezcan
peculiares –una nariz grande, una marca en la barbilla, orejas grandes, un lunar
en la mejilla, ojos rasgados –e imagínese una visión distorsionada o exagerada
de esos rasgos hasta obtener una caricatura divertida.


Por otra parte, existe la alternativa de fijarse en alguna característica más
abstracta de la cara. ¿Es amable, alegre, inteligente o amargada? ¿La expresión
de la persona es apagada o animada? Para este ejercicio, recurra a sus poderes
de asociación.

Si la cara tiene un aspecto maternal, imagínese una multitud de
niños arremolinándose alrededor de esa persona. Si la cara está bronceada y
poblada de arrugas, imagínese a la persona navegando, con el cabello al viento.
Cuando sean llamadas para recordar las caras más tarde, sus asociaciones le
funcionarán como recordatorio.


La descripción verbal


Describir una cara con palabras también puede ser de ayuda para recordarla. Para
describirse una cara de forma adecuada a sí mismo, deberá observarla con gran
atención. Para crear una descripción verbal completa, tenga en cuenta además el
aspecto general del sujeto.


Determine si la cabeza es grande o pequeña con
relación al cuerpo, y si tiene forma de corazón, si es oval, redonda o cuadrada.

A continuación, describa cada rasgo por separado y constituya una imagen
detallada en su mente. Por último, añada rasgos característicos, como por
ejemplo un peinado especial, pecas etc. Entonces la imagen debería quedar fija
de modo indeleble en su mente.


Aunque pueden ser una poderosa ayuda para la memoria, las palabras son unos
sucedáneos muy toscos de las imágenes mentales. La descripción verbal nunca
ocupará el lugar de las imágenes mentales.

Tal vez no sea capaz de describir
cómo puede distinguir una cara de otra, sin embargo sus ojos recogen multitud de
detalles instantáneamente y pueden detectar incluso las más sutiles diferencias
entre caras. Una vez que haya fijado una cara en su mente, será capaz de
reconocerla en el futuro durante muchos años.


Claves que tenemos que tener presentes

La
mayoría de la gente suele tener problemas a la hora de identificar a un amigo a
partir de una foto de sus ojos o de su nariz, a menos que ese rasgo concreto se
destaque por alguna razón. La dificultad surge del hecho que recuerda las caras
como la suma de los rasgos que las componen.


  • OJOS Y CEJAS
    :
    Fíjese en su primera impresión de los ojos. ¿Parecen afectuosos, amables,
    calmados, vigilantes, pícaros o crueles? ¿Están juntos o separados? Fíjese en
    su tamaño y su forma. ¿Son rasgados o redondos, anchos o estrechos? ¿Son
    grises como el acero o azules como el mar? ¿Las cejas son gruesas y espesas o
    finas y arqueadas?

  • LA NARIZ
    :
    Échele un vistazo a la nariz de la persona. ¿Es corta o larga? ¿Domina la cara
    o encaja perfectamente con las otras facciones? ¿Las ventanillas de la nariz
    se ensanchan hacia fuera, haciendo que la nariz parezca más ancha?

    A la mejor
    están metidas hacia dentro haciendo que parezca más fina. ¿Tienen pelillos las
    ventanillas nasales? Compruebe si la punta de la nariz apunta hacia arriba o
    hacia abajo y fíjese en el aspecto que tiene el perfil de la persona.


Sin embargo, puede mejorar su memoria para las caras fijándose a propósito en
los detalles. En esta técnica, es el esfuerzo que usted hace al estudiar una
cara lo que permite afianzarla firmemente en su memoria.

Para coger un poco de
práctica, examine la cara de unos de sus amigos (pero hágalo) y describa sus
facciones con mucho detalle.


  • LAS OREJAS
    :
    Las orejas no son siempre visibles si la persona lleva el pelo largo, pero no
    son tan personales e intransferibles como las huellas dactilares.

    En primer
    lugar fíjese si son grandes o pequeñas. Pueden estar casi pegadas a la cabeza
    o separarse de ella. ¿Son pequeñas con unas pocas curvas o grandes, llenas de
    pliegues? ¿Los lóbulos son grandes o pequeños?


  • LA BOCA
    :
    La boca es bastante expresiva, dese cuenta de que muy a menudo expresa el
    humor de que está la persona. ¿Sonríe la persona con frecuencia o los labios
    se curvan espontáneamente hacia abajo produciendo una expresión triste? ¿La
    boca es ancha o estrecha?

    ¿Los labios son notablemente finos o especialmente
    gruesos y abultados? ¿Uno de los labios es más grande o más prominente que el
    otro? ¿Tiene la persona unos dientes especialmente blancos, o espacios
    demasiado grandes entre los dientes frontales?


Impresiones faciales

La
habilidad para recordar y reconocer caras sufren variaciones de una persona a
otra. Las investigaciones hasta ahora pleno siglo XXI han demostrado que los
niños y los ancianos tienden a tener la peor memoria para las caras.

Aunque las
mujeres suelen acordarse de las caras mejor que los hombres, son las caras de
otras mujeres las que mejor recuerdan.

Fuente:
Emprendedoras