La colectividad alemana en la Argentina

Según un informe del embajador argentino ante el gobierno de Hitler.

Berlín, 23 de agosto de 1938

El
informe acerca de la situación en la Republica Argentina de los
alemanes y muy
señaladamente sobre su organización y su labor cultural, está contenido en el
resumen tomado del “Berliner Tageblatt” , que traduzco y cuya lectura
interesa pues nos da una estadística en la cual figura una cifra
correspondiente a los “alemanes del
Reich”, y otra, mucho mayor, que no
especifica lo que es. Se trata, sin duda, de los considerados alemanes, por su
origen y a los que también se mantiene como tales.

Dicho
suelto dice así:

“El
Dr. W. Luetge, director de la Confederación Popular Alemana para la Argentina
(Deutscher Volksbund Fur
Argentinien), sigue siempre el desarrollo estadístico de los alemanes que viven
en la Argentina. Después que el anuario de 1937 de la confederación había
dado a conocer la cantidad de alemanes residentes en la Argentina, el Dr. Luetge
publica esos datos en el nuevo anuario en virtud de las distintas variaciones
que se han registrado entretanto.

La cantidad total de alemanes en el país debe
ser calculada como mas elevada pues recientes comprobaciones demuestran que en Córdoba,
Chaco, y Formosa hay un número mayor de colonos alemanes del que se conocía
hasta ahora.

Tuvieron lugar algunos cambios en lo relativo a las escuelas
alemanas, pero su cantidad quedo probablemente otra cantidad considerable de
pequeñas escuelas privadas. De esas escuelas, de las que disponen
adicionalmente los alemanes que viven en la Argentina, solo por casualidad llega
alguna noticia al mundo exterior.

Las
secciones locales de la Confederación Popular Alemana han aumentado de 85 a
103, las asociaciones alemanas de 288 a 301. Tampoco el numero de asociaciones
alemanas esta así exactamente calculado.

Como lo manifiesta el Dr. Luetge, además
de las parroquias religiosas y las sectas, en la lista de los alemanes del Reich
en la
Argentina, faltan incluir los puntos de apoyo del partido, las
organizaciones cooperativas (Opferringe) las secciones locales del Frente de
Trabajo Alemán (D.A.F.), el Cuerpo Germano-Argentino de Boyscouts, la Asociación
de Muchachas Germano-Argentina y la Beneficencia Popular Nacional-Socialista
(Sociedad Alemana Beneficencia).

Resulta
el siguiente cuadro general:

Numero
total (de alemanes residentes en la Argentina): 236.755

Alemanes
del Reich: 43.626

Escuelas
alemanas: 203

Asociaciones
alemanas: 301

Secciones
(de la Confederación Popular Alemana): 102

“El
presidente honorario de la Confederación, Emil Hayn, informó sobre los años
de fundación y de lucha de la misma.

La fundación de la Confederación Popular
Alemana as{i como de la Sociedad Alemana de Beneficencia y las reuniones
semanales de las comisiones directivas de las asociaciones alemanas, tuvo lugar
bajo la influencia de los acontecimientos de la guerra y se debieron a la
actividad del entonces Ministro de Alemania, conde Luxburg.

La Confederación
Popular represento algo nuevo con respecto a las antiguas asociaciones. Debía
mantener y continuar cultivando la tradición de lo colectivo, a saber, la
cultura alemana, lo mas valioso que había dado a sus hijos la vieja patria; la
Confederación Popular debía ser un centro cultural alemán difundido por todo
el país.

Este plan, que hoy parece lógico, no lo fue, ni con muchos , antes y
durante la guerra. En los primeros años, la Confederación sucumbió a la
tentación de querer ofrecer demasiado a los colosos, especialmente en el
terreno económico, y esto fue superior a sus fuerza. A ello se agrego la vuelta
a las antiguas discordias después de la desgraciada terminación de la guerra.

Marxistas y bolcheviques pretendieron dirigir a la colonia en Buenos Aires ;
varios bolcheviques de salón les ayudaban desde el Club Alemán.

Tales círculos
hicieron su palestra en la sección local Buenos Aires de la Confederación
Popular y hasta eclipsaron al Parlamento de Weimar con sus producciones, que
terminaron cuando un día el diario “Deutsche La Plata-Zeitung” las hizo
imprimir taquigráficamente y las publicó sin comentario alguno, exponiéndolas
en esta forma a la ridiculez.

La Confederación Popular pudo reponerse difícilmente
de esa crisis en los años siguientes,
si bien se había expulsado en seguida al fantasma marxista-bolchevique de
Buenos Aires.

Había desaparecido la confianza; los expulsados estaban
encolerizados, y un diario impreso en alemán combatió abiertamente el progreso
de la Confederación Popular, a la que siempre los cabecillas desvinculados al
pueblo y extraños, se le interponían de nuevo en su camino.

Sin embargo, la
Confederación Popular consiguió establecer estrechas vinculaciones con círculos
argentinos y con el Gobierno, y también la dirección de la Confederación se
manifestó en muchas oportunidades como consejera y ayuda de los colonos.

“Después
de mencionar detalles satisfactorios sobre los cuales no podemos informar mas en
este lugar, el presidente honorario de la Confederación Popular termino con
estas palabras: “ Evidentemente, las condiciones para el progreso de la
Confederación Popular se han vuelto hoy día mucho mejores.

La idea de la
comunidad cultural alemana, que en aquel entonces, cuando la fundación de la
Confederación era aún nueva y no lo suficientemente potente después de la
desgraciada terminación de la guerra, desde la aparición de Adolfo Hitler ha
encontrado, entre las personas de origen alemán tal acogida que antes nuca se
hubiese considerado posible, y el reconocimiento de la tesis de la
invulnerabilidad e las características culturales empieza a difundirse también
en otras naciones, de manera que se puede esperar que, en breve o a la larga, no
podrá mantenerse más la acción de opresión cultural por razones políticas.

El
director de la Confederación, Dr. Wilhelm Luetge, hace especial referencia en
el nuevo anuario a la ayuda prestada al Chaco, que ha mostrado cuán consistente
es en el país la vinculación de camaradería entre los alemanes.

En poca
semanas se reunieron más de 5.000 pesos, que con los medios de la Sociedad
Alemana de Beneficencia, pudieron enviarse al Chaco para aliviar allí
necesidades muy apremiantes.

Extraído
de las memorias del autor: “Misión en Berlín”, Buenos Aires, Editorial
Guillermo Kraft, 1946