Uno tiene sus motivos para pensar así: en épocas de crisis, cuando escasea el
trabajo
y
la seguridad, parece absolutamente superfluo estar preocupándose por como nos
vemos.
Si
tenemos problemas laborales, se complica el acceso a lo mas básico: comida,
salud y vivienda.
¿Cómo podemos perder tiempo ocupándonos de frivolidades?
Y
sin embargo….
Aunque parezca raro, empecé a cambiar de opinión a partir de mi trabajo
profesional en las llamadas villas miseria (la versión argentina de las favelas).
Hace muchos años, estuvo de moda en la Argentina mostrar imágenes de antenas de
televisión en las villas miseria. Esto servía para poder decir: "claro, no
tienen para comer pero televisión sí tienen".
Veámoslo al revés: no será que, aun en medio de la pobreza, en la vida siguen
habiendo otras cosas, que no se limitan a la supervivencia?
Obviamente que lo primero es comer todos los días.
Pero la pregunta es: ¿se trata solo de sobrevivir?
No
hay también otras cosas que tienen que ver con el sentirse bien con uno mismo?
Seguramente, la mayoría de nosotros contestaría con un rotundo SI.
Entonces, ¿por qué se descalifica con tanta frecuencia a quien quiere verse
mejor
con ese rotundo rotulo de BANALIDAD?
Obviamente, no nos animaríamos a decir que no existen quienes solo se miran el
ombligo, para quienes todo su mundo pasa por el espejo.
Pero, ¿es eso BANAL?
NO. Es muchas cosas, pero no es BANAL (aunque sí puede ser vanidad).
Muchos de quienes viven para el espejo lo hacen:
–
Por no poder escapar a las presiones sociales.
–
Por competencia (incluso con sus hijos), aun sin darse cuenta.
–
Por no poder aceptar la realidad, el paso del tiempo, a sí mismos.
Y
en esto ultimo reside la clave, para la mayoría de nosotros.
Nosotros, que no vivimos para el espejo.
Que no nos miramos el ombligo.
Que no somos pura vanidad.
Que miramos a nuestro alrededor.
Que tenemos en claro el orden de prioridades.
Pero que queremos vernos mejor, no para ocultar nuestra realidad sino para
explotar al máximo las posibilidades que esa realidad nos deja.
En
otras palabras: Se trata, primero, de aceptarnos tal como somos, en el momento
de la vida en que estamos.
Luego, una vez que nos hemos aceptado, si tenemos el DERECHO de tratar de estar
lo mejor posible, y eso incluye a lo estético.
¿Por qué no?
¡Y
atención!: Aceptarnos implica reconocer que no tenemos 20 años, y que no podemos
pretender volver el reloj para atrás.
Pero también implica no adelantar el reloj para decir "ya es tarde", la mejor
excusa para no hacer nada por nosotros mismos.