Consejos prácticos para abrazar la vida, I

Confiar en uno mismo y en la Vida cuando alrededor el caos se acrecienta no es fácil, pero es la única salida. Y no hay nada que se pueda comparar a la sensación de paz, alegría y amor que experimentamos. ¡Date la oportunidad!

RESPIRACIÓN

La
respiración
es el aspecto más importante de nuestro vida. ¿Por qué? Porque es
lo primero que hacemos al nacer y lo último que hacemos al morir.

Nos acompaña
toda la vida, es nuestra amiga incondicional. No solo por el oxígeno, sino
porque a través de ella inhalamos la energía universal, que es la verdadera
fuente de vida. En el aspecto emocional, es el regulador de lo que sentimos:
cambia con cada emoción y la restringimos si queremos cortar un sentimiento que
nos sobrepasa.

En
la ansiedad, es especialmente corta y alta. Respiramos apenas con la parte
superior del pecho, lo cual es un círculo vicioso, ya que a menos respiración,
más ansiedad. Además, respirar mal trae cansancio, angustia, tensión,
enfermedades del aparato respiratorio y otros inconvenientes que serían
evitables con una buena respiración.

Todos creemos que lo hacemos bien: no
estamos muertos, no? Pero, eso es solo sobrevivir, no vivir. No nos damos
cuenta de su importancia, al ser una función natural. El problema es que
también influimos en ella con cada cosa que nos sucede. Así que hagamos algo en
nuestro beneficio.

Primero, tomemos
conciencia
de cómo es:

– ¿Qué partes se mueven? Panza, pecho, hombros? ¿Poco, mucho, es
perceptible?

– ¿Inhalamos mas de lo que exhalamos o al revés? Hacemos pausas?

– ¿Cómo cambia en cada emoción? Enojados, angustiados, serenos,
alegres.

Segundo, practiquemos una respiración para serenarnos:

– Al inspirar, con la espalda derecha, tomemos aire desde la panza, o
sea, inflémosla como un globo.

– Al exhalar, vayamos sacando el aire lentamente, como si desinfláramos
el globo, ayudando un poco con los abdominales. Pongamos la atención en este
punto: que no quede nada de aire en los pulmones.

– Al inhalar nuevamente, observaremos que es mas fácil, ya que el
cuerpo “busca” aire naturalmente.

Algunas recomendaciones:

– Esta respiración se conoce como “diafragmática”, ya que utiliza este
músculo en su accionar. Es la mecánica natural del cuerpo y, al hacerlo de esta
manera, ayudamos a nuestros pulmones y tomamos mucho mas aire. Por otro lado,
es una respiración que calma y centra. Es importante entonces practicarla
frecuentemente, hasta que se torne normal.

– Cada tanto, llevemos el aire hacia arriba. Esto es, tomemos un poco
de aire desde la panza y luego subamos la inhalación hasta el pecho (respiración
completa) para exhalar suavemente desde arriba hasta sacar todo el aire con la
panza. Esto permite ampliar la respiración y energizar el organismo.

– No forcemos nada. Comencemos desde la respiración como esta, con la
intención de ir ampliando cada vez mas, hasta llegar hasta donde se pueda. Con
el tiempo, se ira expandiendo mejor.

– Hagamos esta respiración en los momentos de calma o en que no haya
mucho estrés, para acostumbrar al cuerpo a nuevas cantidades de oxígeno. Es
posible que aparezcan mareos o cosquilleos, por hiperventilación. No
asustarse: detenerse o bajar el nivel de intensidad.

Al ir haciendo el habito,
podremos aplicar esta nueva respiración concientemente en los momentos
difíciles, para tranquilizarnos o tomar el control de una situación.


– En poco tiempo, nos daremos cuenta de los cambios que se han ido
produciendo, imperceptible pero seguramente, en nuestro estado de animo. A
practicar, entonces!