Y usted, ¿por qué no se quiere un poco más?

"Típica pregunta de manual de autoayuda" pensarán muchos al leer este título. Y probablemente sea cierto, pero es lo único que se me ocurrió contestarle a una persona que, a los 45 años y luego de dos infartos, aún se negaba a cambiar su estilo de vida y cuidarse un poco más.


Aunque este es un caso un tanto extremo (pero no por ello menos frecuente),
estas situaciones (nos) ocurren diariamente y en forma continua.


¿Cuánto hace que venimos demorando esos estudios que tenemos pendientes?


¿Cuándo fue la última vez que fuimos al médico?


¿Cuántas veces dijimos "mañana empiezo"?


Encontrar un motivo a esta manera de actuar resulta una tarea titánica, tal como
para cualquier otra conducta de esos seres supuestamente racionales que somos
los humanos. Quizás porque probablemente existan tantos motivos como personas
sobre la Tierra.

No
somos nosotros quienes vamos a descubrir el origen oculto de la
conducta humana,
pero de todos modos podemos enumerar algunos puntos:

1-
Omnipotencia


Dicho así, parece sin vueltas un defecto de carácter. Sin embargo, una cierta
dosis de omnipotencia, de pensar "a mi no me va a pasar" o de actuar como si
fuéramos inmortales, es imprescindible para una vida sana. ¿Cómo se podría vivir
pensando continuamente en la muerte o en la enfermedad?


¿Cuándo se transforma en un problema?


Cuando pasamos del "como si fuéramos" (inmortales) a creernos que realmente
"somos" (inmortales).

2-
Escala de valores


Con la mano en el corazón, ¿tiene usted en claro cuál es su escala de valores en
la vida?, ¿tiene presente todos los días cuáles son las cosas que realmente
importan en la vida?


¿Trabaja para vivir o vive para trabajar?


Usted y su familia necesitan una cantidad determinada para vivir bien, pero una
vez logrado eso, ¿cuánto valen su tiempo y su salud?

3-
Pasividad

En
el ámbito laboral y de negocios, está de moda ser "proactivo", meta difícil de
alcanzar y muy valorada por los empleadores.


Nadie pide, sin embargo, que seamos proactivos cuando se trata de nosotros
mismos, de nuestra salud y de nuestra familia. Y como la escala de valores está
invertida, y primero viene el trabajo y la empresa, y luego nosotros mismos,
dejamos para la empresa la proactividad y para nosotros la pasividad y nos
limitamos a actuar por reacción.


¿Cómo era aquello de más vale prevenir (proactivamente) que curar (reactivamente)?

4-
Baja autoestima

Y,
sí, a veces pasa. Que no valemos nada, que para qué vivir, que si me enfermo
mejor, que para qué seguir así….


Pero la pregunta es:


¿Vivimos sólo para nosotros mismos?


Muchas personas tienen la fantasía de "verse" en su propio funeral, lógicamente
para ver si su familia sufre y si realmente lo querían.

Y
probablemente sea cierto que si uno pudiera verse en su propio funeral, al fin
se convencería que lo quieren y sufren por su ausencia.


Pero ya sería tarde.

Y
habríamos hecho sufrir a quienes queremos, y ya no habría vuelta atrás.

Y
pensar que todo eso se evitaría con un simple llamado al médico… y haciéndole
caso.

 

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