Es muy difícil hoy en día refutar la eficacia de la homeopatía. El celebre militar argentino José de San Martín pudo atravesar la Cordillera de Los Andes portando sólo un maletín con estos medicamentos.
Otros ensayos clínicos, así como investigaciones biológicas y físicas, son a menudo publicados en la prensa médica internacional y también las revistas científicas más prestigiosas.
Por si misma, la homeopatía es capaz de curar una gran cantidad de afecciones crónicas como la soriasis, y tiene además una rápida acción en el tratamiento de enfermedades agudas como la gripe, la sinusitis, las diarreas, los cólicos, los traumatismos, diversos dolores, trastornos de la menstruación, pospartos, etc.
Introducción a la homeopatía
La homeopatía es un método terapéutico alternativo a la medicina tradicional. Tiene su base en un principio de similitud entre el poder toxicológico de una determinada sustancia y su correspondiente poder terapéutico.
En efecto, ciertas sustancias mal administradas pueden provocar importantes dolencias, pero en pequeñas dosis y convenientemente recetadas, curan los mismos síntomas que han provocado.
La
practica homeopática,
se caracteriza también por individualizar cada tipo de dolencia y su correspondiente tratamiento. De hecho, la homeopatía no concibe enfermedades sino enfermos, por lo cual su tratamiento dependerá en gran medida de cómo reaccione el paciente a la cura.
Por el hecho de no utilizar elementos químicos en sus medicamentos, la homeopatía nunca genera efectos secundarios indeseados. Sin embargo, su práctica no anula ni contradice a la medicina convencional, denomina alopatía.
Elaboración de las medicinas homeopáticas
Los medicamentos homeopáticos, se producen a partir de sustancias que poseen tres clases de orígenes: vegetal, animal, mineral. La sustancia prima o de base, es tratada luego con un proceso conocido como diluciones o dinamizaciones, y cada una de ellas recibe como prefijo una determinada letra del abecedario.
Estas diluciones son a posteriori impregnadas sobre gránulos o glóbulos por lo general de color blanco, que no se diferencian unos de otros. Sin embargo, también pueden ser preparados en forma de gotas, comprimidos, pomadas, etc., pero en cualquier caso esta producción está sometida a estrictos controles.
A diferencia de los medicamentos alopáticos, los homeopáticos pueden ser utilizados en el tratamiento de enfermedades muy diferentes entre sí, por lo cual no existen prospectos para la mayoría de este tipo de medicina.
Su administración
La medicina homeopática se encuentra generalmente en farmacias especializadas. Lo más usual, es que se suministren en forma de gránulos o glóbulos. Se los debe disolver en la boca sin tragarlos ni masticarlos.
De esta forma, se debe dejarlos deshacer debajo de la lengua en grupos de 4 a 10 glóbulos, de una sola vez. Lo ideal es tomarlos 15 minutos antes o después de las comidas, pero preferentemente sin tener ningún sabor en la boca al momento de ingerirlos.
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practica homeopática,
se caracteriza también por individualizar cada tipo de dolencia y su correspondiente tratamiento. De hecho, la homeopatía no concibe enfermedades sino enfermos, por lo cual su tratamiento dependerá en gran medida de cómo reaccione el paciente a la cura.
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