En primer lugar, debemos advertirles a los masoquistas que se abstengan de leer
este artículo. Aquellos que disfrutan con los cortes, difícilmente le
encontrarán sentido a todos esto.
Pero la gente como usted, que quiere lucir una
piel brillante y sin daños, puede comenzar a leerlo. De hecho, no debería haber
ningún dolor si se conocen las técnicas de afeitado apropiadas.
Si está cansado de que su cara parezca la de un soldado en medio de la zona de
guerra, siga atentamente estos consejos.
Antes de afeitarse…
Agua caliente
El afeitado debe ser realizado una vez que su cara haya estado recientemente en
contacto con un poco de agua tibia o caliente. Por esta razón, afeitarse apenas
se sale de la ducha, es una práctica tan popular. La cálida humedad abre sus
poros y ablanda los pelos. El agua necesita estar caliente pero no hirviendo, ya
que no se trata de hacer pruebas como lanzallamas.
Exfolie su piel
Debe tomarse el tiempo de quitar la piel muerta de su cara, para así formar una
base regular. Esto le permite no sólo poder afeitar hasta los pelos más cortos,
sino también dejar a su piel mucho más limpia, pero lo que verdaderamente nos
interesa de esto, es que usted podrá lograr un afeitado mucho más al ras.
Un ambiente apropiado
El afeitado implica trabajar con elementos cortantes sobre áreas bastantes
sensibles, por lo que es imprescindible que usted lo haga bajo condiciones
apropiadas.
En primer lugar, necesita una iluminación apropiada. Afeitarse
iluminado por una luz tenue de la ventan del baño, o una bombita de poco
voltaje, debería estar prohibido, a menos que, por supuesto, usted le quiera
decir a una mujer "un oso me atacó, pero pude sobrevivir".
También, será necesario que utilice un espejo. Puede que confíe en sus
capacidades de manejo, pero es fácil desviarse un poco. Lo ideal son los espejos
que se disponen de a tres, para cubrir todos los ángulos.
Empezando el proceso…
La importancia de las láminas múltiples
Para un afeitado más al ras, utilice una maquinita de afeitar con una lámina
doble o triple. Tal vez crea que más acero significa más irritación, pero si se
ha tomado el trabajo de humedecer correctamente su cara, éste no debería ser en
el caso.
Cambie las láminas regularmente: sólo dos o tres afeitadas deben ser la
esperanza de vida de estas láminas, si usted tiene una barba gruesa. Otras
personas podrán hacer un reemplazo cada cuatro o cinco días. Los bordes
desafilados favorecen la irritación.
Buena crema, buena afeitada
Es fundamental que utilice una buena crema de afeitar. Estas cremas, que poseen
componentes de glicerina y silicio, le aseguran que cada pelo y la piel toda se
mantengan humectada y resbalosa, de modo que pueda deslizar la maquinita de
afeitar a través de toda su cara con un mínimo esfuerzo y dolor.
Utilice un cepillo
Parece sólo un lujo y una distinción, pero usar un cepillo para esparcir la
crema de afeitar tiene una gran utilidad. Gracias a él, se desparrama la loción
uniformemente a través de la cara, y se levantan los pelos para una rasuración
más sistemática.
La dirección no importa
Mientras usted no se afeite horizontalmente, sienta la libertad para utilizar la
técnica que más cómoda le resulte. Algunas personas afirman que ir contra la
dirección del crecimiento del pelo, proporciona un afeitado más al ras, pero
también puede provocar daños.
Si suele afeitar en la dirección de crecimiento
del pelo, es posible que no logre sacar los pelitos más pequeños. Como ve, todo
tiene su pro y su contra, por lo que debe elegir lo que a usted le convenga,
pero no tenga miedo de experimentar nuevas técnicas.
Los hombres con barbas gruesas pueden llegar a necesitar afeitarse dos veces al
día. Sin embargo, esto podría producir que el pelo crezca cada vez más fuerte,
por lo que, en lo posible, debe tratar de afeitarse lo imprescindible.
Limpie la lámina
Después de cada pasada, limpie la maquinita de afeitar sumergiéndola en agua
corriente, para sacarle todos los pelitos que han quedado incrustados.
Esto
permitirá que cada movimiento sea tan productivo como el anterior. Poner la
lámina bajo el chorro de agua no es suficiente, ya que los mismos tienen
tendencia a pegarse a las láminas, por lo que debe ir moviendo la maquinita,
pero sin utilizar un paño u otro elemento para limpiarla, puesto que perderá el
filo.
Paciencia y práctica
Tenga siempre presente que una afeitadora puede ser un arma. Debe afeitarse
tranquilo y bien despierto. Preste atención a sus movimientos y respire
despacio. No presione demasiado para evitar lesiones. Si suele tener problemas,
practique afeitando un globo sin pincharlo.
Con una mano
Solo una mano debe manejar su maquinita de afeitar. La otra mano debe actuar
como un “copiloto”; utilícela para estirar y tensar la piel. Hacer esto le
asegurará una llegada más profunda, y reducirá al mínimo los posibles cortes.
Tenga una estrategia
Un buen truco para evitar olvidarse de cualquier rincón del rostro. Comience por
las patillas y vaya bajando hacia las mejillas. Continúe alrededor del cuello,
llegando a las partes más bajas, sin olvidar la barbilla, y deje la parte
superior del labio para lo último.
Puede dejar las partes más difíciles para el
final. En el caso de que tenga algún diseño (barba candado, bigotes finos, etc.)
deje las rasuradas de los bordes para el final, de modo que pueda ir viendo sin
problemas como le va quedando cada borde. Recuerde tomarse su tiempo; no es una
carrera. Como en las rutas, la velocidad puede causar accidentes. Por otra
parte, no debe olvidarse de aquellos lugares difíciles de alcanzar.
Después del proceso…
Limpie su cara
Una vez que haya terminado de afeitarse, utilice una toalla de baño tibia para
acariciar suavemente su cara. Esto permitirá que sus poros se cierren más
rápido. No utilice la misma toalla que empleó al principio de su aventura: la
misma debe estar siempre limpia.
Calme su piel
Su piel ha estado sufriendo un trauma muy intenso y necesita aliviarse. Una
loción para después de afeitarse sin alcohol, puede ayudar a cerrar los poros,
sacando también el enrojecimiento y el dolor. Si tiene alguna esencia, también
le otorgará una linda fragancia, aunque si suele usar algún perfume de forma
regular, debería elegir una inodora, para que no se superpongan las esencias.
Repare los daños
Si a pesar de todos los pasos que le señalamos, usted llega a dañarse, no es
para que salga corriendo al hospital… nunca deseche el poder del papel
higiénico. Corte un trocito bien pequeño, humedézcalo, y aplíquelo sobre el área
del corte. Podrá quitarlo una vez que ésta se haya secado.