El
pasado 18 de diciembre, la reconocida revista británica The Lancet publicó un
informe especial con motivo del
hito histórico que significa la entrada a la era del 2000.
Se trata de una
recopilación de notas, elaboradas por diferentes especialistas vinculados al
campo de la Salud en el mundo. Estas son algunas de las conclusiones a las que
se llegaron:
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En el final del milenio ha aumentado exponencialmente el consumo de sustancias tóxicas.
Además de la aislación de los componentes activos del opio y la hoja de coca,
apareció la creación bioquímica de drogas que no existen en la naturaleza
pero tienen un fuerte efecto sobre el cerebro.
El misterio de las adicciones
probablemente sea resuelto sólo cuando otro misterio, el de la personalidad
humana, sea revelado.
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La medicina de fin de siglo se sigue ocupando de tratar las enfermedades
relacionadas con la edad y no de su prevención. El envejecimiento es producido
por diversas causas.
La posibilidad preventiva depende de la investigación del
envejecimiento en sí mismo. Esta conclusión es poco entendida por los políticos
y la industria de la Salud.
Es usualmente mucho más fácil para un médico
tratar patologías relacionadas a la tercera edad como una enfermedad específica,
pero el éxito de un tratamiento, en la mayoría de los casos, es seguido por el
daño a otros componentes del organismo.
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Aparentemente, en la actualidad, hay avances más rápidos, pero es muy difícil
que en las próximas dos décadas se puedan identificar los factores genéticos
y ambientales que juegan un rol en el desarrollo y la progresión de
enfermedades cardiovasculares, que permitan prevenirlas o curarlas.
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La medicina alternativa tiene cada vez más adeptos, la Tradicional China es
practicada por 300 mil personas en 140 países. Hace diez años que en Alemania
fue habilitado el primer hospital de esta especialidad.
En Inglaterra los médicos
de familia recomiendan el uso de la acupuntura y en Francia es aceptada como
parte del sistema de salud.
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Durante el siglo que comienza habrá una gran reducción en las
enfermedades
odontológicas. Habrá avances biotecnológicos que permitirán combatir la
placa dental eficientemente, por ejemplo, los enjuagues bucales con peptides
generados por química combinatoria.
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En el futuro y gracias a Internet la los registros médicos estarán disponibles
en todo el mundo mediante la publicación de la información sobre los pacientes (historia clínica, radiografías, imágenes, vídeos y datos sensoriales
en tiempo real, etc.).
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Se podrán identificar genes que causan o predisponen al desarrollo de
enfermedades a lo largo de la vida. Pero los avances en genética tienen otras
implicancias: las parejas podrán elegir el tipo de niño. Por lo tanto la
legislación debe prevenir la discriminación por “riesgos genéticos”.
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El rol social del médico ha cambiado en el último siglo, paso de tener una
actitud paternalista con sus clientes
a ser un técnico. Desde hace 30 años la relación entre el médico y el
paciente dejó de ser vertical para convertirse en un intercambio en el que
rigen leyes tanto comerciales como judiciales.