Tengo 42 años, y
solo en la ciudad de Mar del Plata, en donde vivo, hay más de 15 pilotos que
andan entre los 50 y 60 años.
En otra localidad argentina, El Bolsón hay un piloto de 85 años, al igual que en
la ciudad de Córdoba. Si pensamos que hace 50 años el parapente no existía,
tenemos que admitir que aprendieron de grandes… y siguen volando.
La experiencia nos indica también que la mayoría de los pasajeros de los vuelos
de bautismo en biplaza son mujeres.
Los mas interesados son quienes ya tienen los hijos grandes y quieren hacer lo
que nunca pudieron y tuvieron ganas de hacer desde siempre, por ejemplo cumplir
el sueño de volar.
Quizás los medios vendan una imagen del
parapente que no es la mas acertada, por
eso la idea que la gente tiene es que se trata de algo de alto riesgo y para
gente joven y con mucha adrenalina.
Cada uno manifiesta en las actividades que realiza una prolongación de su
personalidad, pero eso no identifica a la actividad, sino a la persona. Y por
suerte somos todos diferentes.
El miedo es el peor paralizante e inhibidor de nuestras mejores experiencias.
En Italia hay una Cooperativa Terapéutica que utiliza el vuelo libre como una
terapia mas, ante desordenes psicológicos, fobias y distintas formas de
neurosis.
Además, fueron sponsors de una fecha de la Paraglider World Cup en Cornizzolo,
Lecco, cerca de Milan.
Pero ya basta de lata, si quieres ver este punto de vista en acción, que se
puede no compartir pero que seguramente te abrirá la mente y el corazón, puedes
ver las imágenes en
Http://parapentes.com (incluyendo una de un aterrizaje con una señora
mayor turista que le pidió al hijo (adulto maduro) que la llevara a volar).