Si desea comenzar a cultivar un jardín
de hierbas dentro de su hogar, el
invierno es la mejor época para planificar y comenzar el sembrado de un jardín
herbal de interior. Esto es así porque, sembrando durante esta época, se puede
ampliar el tiempo de cultivo, para que con los primeros calores las plantas
crezcan con más fuerza y en mayor cantidad.
Como con cualquier proyecto relacionado a la jardinería, el primer paso será
evaluar el área que destinará al jardín, para recién luego decidir qué plantas
se incluirán allí. Un punto de partida lógico, sería realizar un diagrama del
jardín proyectado.
La mayoría de las hierbas requieren de un sol pleno para poder crecer, mientras
que algunas pueden tolerar (e incluso necesitar) sombra. Estos aspectos deberán ser
su punto de partida. Para ello, deberá controlar el área en diversos horarios
del día, para determinar si recibe un sol continuo o sólo parcial (por ejemplo,
a causa del tejado de la azotea de su casa).
Tenga en cuenta que estos parámetros no son fijos, puesto que pueden cambiar a
medida que cambian las estaciones, en gran medida por el crecimiento de los
árboles y su consecuente espectro de sombras.
Después de esto, sí será tiempo de determinar qué tipo de hierbas y plantas
querría que crezcan en el nuevo jardín. Un buen punto de partida sería
evaluar sus necesidades, es decir si le serán más útiles por
cuestiones de cocina, médicas, estéticas, o bien una combinación de todos estos
factores.
Cualquier buen libro especializado podrá describirle las propiedades de cada
hierba, así como sus tamaños, cuánto espacio requieren entre sí, o cualquier
otra información específica sobre sus características.
Será muy importante estar enterado de todas estas cuestiones, puesto que algunas
plantas tienen requisitos muy específicos, sin los cuales no llegaran a crecer
bien. Por ejemplo, la menta y las violetas son muy invasoras, por lo que sería
preferible que crezcan en macetas, antes que en el jardín mismo.
Una vez que cuente con esta información, estará listo para planificar su
jardín. En primer lugar, deberá hacer un bosquejo a escala del mismo, en
cualquier cartulina u hoja de diseño. Allí deberá indicar donde quisiera que
crezca cada planta, haciendo círculos con el nombre de cada una escrito adentro.
Puede llevarle más de un bosquejo si es su primer diseño, así que ármese de
paciencia y no tema tirar cartulinas…
Si cuenta con la suerte de tener más espacio en el fondo o el frente, puede intentar
realizar un diseño formal, con una estatua o fuente en el centro, y caminitos de
piedra anaranjada, que dividan las áreas de las distintas plantaciones. Caso
contrario (lo más común) intente en primer lugar que las plantas con altura no
le echen mucha sombra a las más pequeñas.
Otro aspecto a considerar con la falta de espacio, será el plantar las hierbas
con una cierta distancia, de modo que usted consiga el suficiente espacio como
para poder pasar entre ellas, para regarlas y cosecharlas. Por otro lado, muchas
plantas no pueden crecer bien sin un espacio apropiado.
Una vez que éste conforme con el diseño de su nuevo jardín, saque la cuenta del
número de plantas que en total crecerán en él, y elabore una lista para realizar
las compras de sus semillas, macetas, herramientas, fertilizantes, y, en caso de
ser necesario, algo de tierra fértil.
Esto último ayudará especialmente a sus cultivos, facilitando el crecimiento de
las nuevas raíces. Si no sabe qué tipo ni cuánta mezcla de tierra comprar,
pregúntele al vendedor del vivero, que seguramente podrá asesorarlo
convenientemente.
No sería una mala idea plantar más plantas y hierbas de las que crea necesitar
en su jardín, para comprobar cuáles de ellas crecen sin problemas y cuáles no.
Luego, podrá desechar las plantas que no sobrevivan, pero seguramente no le
quedarán puntos descubiertos en el jardín.
Si todas sus plantas crecen sin problema, siempre se pueden regalar las que
sobren a la familia, los amigos o los vecinos, quienes sin dudas tendrán en
cuenta su generosidad.
Siempre es recomendable comenzar a plantar las semillas de ocho a doce semanas
antes del invierno, aunque igualmente debería chequear las recomendaciones
específicas para cada una, en el paquete de las mismas.
Cuando esté listo para comenzar, esparza la nueva tierra sobre todo el jardín, y
haga varios agujeros pequeños con su correspondiente canal de drenaje. Ponga
unas semillas en cada agujero, siempre con la profundidad especificada en el
paquete.
Tenga en cuenta que las
semillas
requieren de un cierto calor para germinar, por
lo que debería dejarlas en las áreas cálidas, y bien ventiladas. Mantenga
siempre la humedad en la tierra. El tiempo de germinación varía de una planta a
otra, por lo que no todas crecerán exactamente al mismo tiempo. En ese lapso,
esté atento a resolver los requisitos de iluminación de las plantas.
Los sistemas de iluminación artificiales suelen ser muy costosos, y pocas veces
se justifica su utilización en un jardín casero. Sin embargo, puede optar por
poner tubos fluorescentes, los cuales son igualmente eficaces.
La luz debe estar a una distancia de aproximadamente 30 cm. de las plantas, para
que los tubos no entorpezcan el crecimiento de las mismas. En un principio, no
sería mala idea plantar las plantas en macetas, para poder mantenerlas dentro de
su casa, y transplantarlas al jardín cuando comiencen a crecer.
Previamente, sería bueno ir sacándolas por algunas horas (que irán aumentando
gradualmente) al jardín, para que comiencen a aclimatarse a las diferentes
temperaturas, el viento y la luz que entra en su jardín. Una vez que comiencen
los calores, ya podrá transplantarlas definitivamente al exterior, según el
esquema que haya planeado.
Comenzar a realizar un jardín casero, es mucho más sencillo de lo que muchos
imaginan. Pero siempre será fundamental la paciencia. Sin ella, mucho de nuestro
trabajo podría ser infructuoso. ¡Adelante!
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