La
mayoría de nosotros, conocemos la importancia que tiene tomar
medidas de
seguridad al manejar el fuego, pero solemos olvidamos de cuan peligroso puede
realmente ser.
Las personas mayores, los niños menores de cinco años y las personas con
discapacidades, tienen un mayor riesgo de padecer accidentes relacionados con el
fuego.
Entre los chicos que tienen entre uno y nueve años, las lesiones
relacionadas con quemaduras por el fuego, son la tercera causa de muerte por
accidente. En tanto, los mayores de 65 años, son dos veces más propensos a morir
por un incendio en el hogar, antes que cualquier otra categoría de edad.
Algunas de las causas más comunes que provocan incendios en las casas,
están
relacionados con los equipos de cocción y calefacción. Los elementos de
calefacción, incluyendo los calentadores portátiles, pueden quemar los muebles y
otros potenciales combustibles para fuego que se encuentren cerca de esto
artefactos.
Sin embargo, la principal de todas las causas de muertes por incendios en el
hogar, está relacionada con el fumar, más específicamente con los cigarrillos
que se dejan negligentemente prendidos, y en contacto con los muebles o los
colchones.
El uso del alcohol y el fuego, también es una combinación mortal, y
no justamente por el lógico proceso químico: está demostrado que las borracheras
provocaron hasta un 40% de las muertes por incendios hogareños.
La
mayoría de las víctimas de los incendios domésticos, mueren a causa del humo o
los gases tóxicos, y no de las quemaduras. Los incendios producen gases
venenosos que pueden esparcirse rápidamente, lejos del fuego en sí mismo, con lo
que pueden asesinar “silenciosamente” a las personas que estén dormidas y lejos
del foco de incendio.
Incluso si la gente se despertase, los efectos de su exposición a estos gases,
podrían disminuir su lucidez y retardar sus reacciones, de modo que no puedan
escaparse. Por esto es tan importante que la gente realice una detección
temprana, de modo de poder escaparse antes de que se deteriore su capacidad de
pensamiento y movimiento.
A. Previniendo un incendio
La importancia de las alarmas (y su
correcto uso)
Uno de los dispositivos de seguridad
más importantes para detectar incendios en
el hogar, es aquel que proporcione una fuerte alarma ante la mínima señal: es
decir, las alarmas de humo. Según algunos estudios, las alarmas de humo pueden
reducir las probabilidades de muerte por incendio hasta por encima del 50 por
ciento.
Si
bien muchas casas vienen o están equipadas con por lo menos una alarma de humo,
se calcula que en el 25 por ciento de los casos (uno de cada cuatro), estos
dispositivos no funcionan. Sucede que mucha gente, muy a menudo desconecta o
quita la batería del artefacto, para frenar el fastidioso sonido de la alarma.
Sin embargo, debe saber que las nuevas alarmas poseen un botón silenciador que
permite parar rápidamente la alarmar si esta se enciende por causa tales como el
humo del cigarrillo o del horno.
Muchas personas, también olvidan cambiar la vieja batería. Por ellos, los
detectores de humo, se deben probar todos los meses, sin importar cuanto duren,
teóricamente, las baterías de 9 V insertas en los mismos.
Además, estás fuentes
de energía se deben cambiar todos los años, de la misma forma en que se lo hace
con las pilas de sus relojes. Sin embargo, en el caso de las nuevas alarmas, que
pueden utilizar baterías litio, se puede confiar en que duren hasta 10 años.
Los detectores de humo deben ser también situados cerca de todas las áreas donde
se duerma, y en cada piso de su hogar, incluyendo el sótano. Si alguien de la
familia posee problemas auditivos, se debe asegurar que el detector de humos
tenga también una luz estroboscópica.
Si tiene cualquier pregunta sobre los
detectores de humos, o sobre la seguridad contra incendios, no dude en
comunicarse con su cuerpo de bomberos local.
Las alarmas poseen una vida útil de cerca de 10 años. Pasado ese tiempo, la
alarma entera debe ser sustituida, incluso aunque parezca funcionar.
Previniendo incendios en la cocina
Cuando cocine, vigile atentamente lo que se calienta, y no deje desatendido a
esto ni por un segundo. Esté también muy atento de no cocinar con ropa muy
inflamable, que podría expandir el fuego muy fácilmente. Tenga siempre un
extintor en la cocina, y una buena iluminación alrededor de la cocina. Utilice
además algún temporizador, para recordar apagar las hornallas.
Mantenga también todas las cosas inflamables lo más lejos posible la cocina.
Conserve, además, las salidas de humos y entradas de aire bien limpias, y libres
de grasa. No cocine cuando haya bebido alcohol o tomando alguna medicación que
lo vuelva somnoliento.
Si cocina en microondas, tenga en cuenta que los
excesivos vapores que se produzcan dentro, al entrar en contacto con los cables
del aparato, también podrían provocar incendios. Limpie todas la grasa de las
tostadoras y los artefactos pequeños, antes de usarlas.
Si
algún elemento de la cocina comienza a quemarse, trate de sofocarlo cubriéndolo
con algún tipo de tapa, o con el bicarbonato de soda del extintor. No intente
llevar este elemento al lavabo o al exterior.
Nunca deje a los niños más chicos solos en la cocina, ni siquiera por un período
corto. Los chicos pueden comenzar un incendio intentando cocinar algo o usando
una estufa o artefacto eléctrico de una manera incorrecta.
En los cuartos
Los calentadores y las luces son también un riesgo potencial. Por lo tanto, debe
mantener cualquier tipo de material combustible a, por lo menos, tres pies de
distancia de los calentadores. Cerciórese de que las estufas portátiles estén
puestas lejos del material combustible, y que no estén situadas en áreas muy
transitadas.
Los sistemas de calefacción deben limpiarse anualmente por un
profesional. Utilice también luces fluorescentes para la iluminación adicional,
pues éstas no se recalientan. Tenga los números de emergencia cerca de su
teléfono.
Si
usted es un fumador, no fume nunca en la cama. Tampoco tire cenizas ardientes en
un tacho de basura, y trate de no poner ceniceros cerca de alfombras, muebles
tapizados, y cortinas.
B. Plan de escape
En
el caso de olvidar de seguir algunas de las advertencias citas, es posible que
se produzca un incendio en su casa. Para entonces, deberá contar con un buen
plan de escape, que le permita evacuar su hogar los antes posible.
En
un incendio hogareño típico, la gente no tiene más de 2 minutos para lograr
salir afuera. Además, es muy común que cualquier persona se aterre y se confunda
demasiado durante ese breve lapso, especialmente los niños.
Durante un incendio, los niños intentarán a menudo ocultarse en un armario o
bajo las camas, donde se sienten más seguros que en el exterior. Por ello mismo,
es fundamental tener un plan de escape para cada miembro de la familia y, en la
medida de lo posible, practicarlo.
Al
planear esto, charlen por lo menos de dos diferentes formas de salir de cada
sitio, y de elegir un lugar seguro delante del edificio o la casa, para poder
encontrarse entre sí. Tener un punto de reunión, ayudará a asegurarse de que
cada uno haya logrado salir de la casa, y, por lo tanto, nadie deberá
arriesgarse a volver a entrar para buscar a alguien que ya ha salido.
Otros consejos útiles para trasladar a su
familia:
-
Salgan tan rápidamente como les sea posible, y vayan al punto señalado como
lugar de encuentro. -
No se frenen para resguardar fotografías u otras pertenencias. -
No vuelvan nuca a la casa mientras continúe el incendio. -
Si hay humo en el cuarto, permanezcan cuerpo a tierra y arrástrense para
salir. -
Si no pueden escapar, pongan telas o toallas mojadas alrededor de las puertas,
para bloquear la entrada de humo. Acto seguido, arrástrense hacia las
ventanas, ábranlas, y griten para solicitar ayuda, agitando un pañuelo para
llamar la atención. Si hay un teléfono en el cuarto, llamen inmediatamente
para solicitar ayuda.
Especialmente para los más bajitos
En
el caso de que la ropa de un chico se prenda fuego, su reacción natural será
comenzar a correr, lo cual agitará las flamas y hará la situación peor. Por lo
tanto, los padres deben enseñar a sus hijos las tres reglas básicas para
combatir esto: "pararse, tirarse, y rodar", para así lograr sofocar las llamas.
Esto ha salvado muchas vidas, y sería bueno que los padres lo practiquen con sus
hijos. Enséñeles que si sus ropas comienzan a quemarse, deben seguir estas
simples instrucciones: “Párate en donde estas, Tírate al suelo,
Rueda por el piso”.
Como habrá visto, siempre será menos costoso prevenir que curar. Por eso, no
olvide seguir todas las instrucciones del punto “A”, para jamás tener que poner
en práctica la del punto “B”.