Yo la serpiente
Sábanas enmudecidas
versan el éxtasis de mis muslos
mientras bebo el sudor de tu vientre.
Con mi lengua puntiaguda
fotografía de serpiente lunar,
reconozco el inapagable
punto de tu hoguera,
y después,
poco después,
combatida, exhausta
y humedecida hasta los huesos
saboreo tu sexo
para consagrarlo a mi placer.
Inauguración
Como sombra astuta
danzaste en mi sexo inaugurado,
golpeando la quietud cautiva
de mis acechantes hormonas.
Tu mano izquierda
cerró la ventana del miedo
dejando fuera
la ingenuidad de mis días.
El tacto se hizo libre al deseo
la conciencia
autorizó el ritual en nuestra piel,
y así…
…esa noche
entre humo vibratorio
brillaron mis pezones
en la cima de tus labios.