Todos necesitamos un
espacio para trabajar, aunque a fin de cuentas no sea más que un lugar para
escribir o revisar las cuentas de nuestra casa.
Por supuesto, hablar de una
oficina en el propio hogar suena como algo demasiado importante, frívolo, e incluso
costoso. Sin embargo, debe saber que es posible crear una oficina dentro de
algún pequeño cuarto de juegos, dormitorio, o incluso un sótano que no tenga
mayor utilidad que guardar trastos viejos.
Según algunas
estadísticas, más de treinta por ciento de los hogares urbanos tienen una
oficina en su interior. Estos estudios también demostraron que estas oficinas se
usan más para asuntos personales que para el trabajo en general.
Esto es bastante lógico…
¿No le gustaría un lugar especial para evaluar sus cuentas del hogar y
personales, donde encuentre siempre un bolígrafo a mano, y no pierda ni estropee
ningún documento importante? De hecho… ¿Cuántas garantías de productos o cheques
ha perdido usted a causa de no tener un buen lugar para guardarlo?
Una oficina hogareña es
en general eso, un espacio donde podemos hacer el “trabajo” del hogar (aunque
también pueden ser muy útiles para quienes realicen teletrabajo). Con una de
estas oficinas, trabajará más rápidamente y será más eficiente que realizando
el trabajo en un lugar no apropiado, al que toda la familia tiene continuo
acceso.
Encontrando el lugar
En primer lugar, deberá
hacer una exploración de su hogar y su contenido, para poder encontrar algún
pequeño lugar que le permita crear un espacio de trabajo.
Pero piense también en el
largo plazo. ¿Qué apreciaría hacer en esa oficina dentro de cinco años?
¿Podrá
eventualmente llevar allí su actual u otro negocio que actualmente se encuentra
en un ámbito externo?
¿Podrá estar su hijito usando ese espacio para realizar sus
deberes, cuando comience la escuela?
¿O se encuentra cerca de jubilarse, y podrá
estar usando ese espacio en su mayor parte para realizar un pasatiempo o alguna
artesanía?
Pensar esto ahora podrá ahorrarle dinero en el futuro, ya que no
tendrá que hacer grandes refacciones a la oficina.
Una vez pensado esto,
ahora sí, realice una “exploración” de su casa.
Comience con las áreas
más probables, como un dormitorio, el garaje, o la cocina. Luego, diríjase a
lugares más excepcionales, como el sótano, la terraza, un vestíbulo, un pórtico cerrado.
¿Existe alguna posibilidad que todavía no haya pensado? ¿El
sótano es, aunque sin terminar, un lugar con menos humedad y más seco de lo que
pensaba?
¿Podría la adición de un par de divisores de oficina (los cuales se
pueden conseguir en cualquier hipermercado a precios muy económicos) hacer de
una esquina una pequeña oficina?
¿Existe un armario en su habitación de
huéspedes que se podría convertir en un pequeño espacio del trabajo, quitándole
las puertas?
Camine por su casa con una mente muy abierta, tratando
de verla como si nunca la hubiera visto antes.
Una vez que tenga un par
de potenciales espacios en mente para instalar su oficina, mire a los mismos con
un ojo más crítico. ¿Existen tomas de teléfono y salidas eléctricas?
¿Hay allí
luz natural o necesitará indefectiblemente una lámpara de escritorio?
¡Si el
espacio tiene todas estos ítems (luz natural, tomas eléctricas y de teléfono,
etc.), o es posible instalar las mismas fácilmente, podrá comenzar la parte más
divertida!
La oficina por dentro
El espacio, especialmente
si es pequeño, debe ser sencillo y organizado. El objeto más importante que se
pondrá allí será el escritorio.
Antes de dirigirse a un negocio tradicional a
comprarlo, busque precios en los clasificados del periódico, en subastas o
tiendas de antigüedad.
También, es muy fácil
hacer un escritorio con una puerta en desuso y algunos caballetes o gabinetes,
también en desuso. Busque retazos de alfombra en casas de telas, las cuales
podrán dar un cálido piso por un bajo costo. En fin, sea creativo si quiere
ahorrar dinero.
El único artículo de oficina que seguramente deberá comprar sin
excepción, es una buena silla de escritorio con ruedas. Las mismas se pueden
encontrar en la mayoría de los grandes hipermercados.
Saque el mejor partido de
su espacio y ponga objetos que ya posea y tengan otra utilidad. Por ejemplo, una
columna para guardar discos compactos podría guardar también disquetes 3,5, una
estantería para libros puede transformarse en un archivo de facturas,
simplemente incorporándole algunas cajas portátiles de archivo.
Si pone
además una cortinita de tela al frente de la misma, se asegurará de que nadie
se inmiscuya en sus papeles, cuando la habitación se utilice para hacer deberes
escolares, como área de juego, o habitación para huéspedes. Considere también
incluir paneles de corcho para tener un área fácil donde colgar mensajes o
letreros.
Seguramente comenzará a
descubrir muchos objetos con los que ya cuenta, que pueden serle muy útiles para
su oficina hogareña. Las cajas de leche podrían almacenar sus archivos, un
armario viejo con rueditas se podría convertir en un escritorio de computadora,
que se pueda cerrar y esconder en un rincón de la habitación cuando no se la
usa.
Sólo recuerde que el punto principal será lograr un espacio que USTED
sienta cómodo, propio, y se pueda amoldar a sus necesidades particulares.
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