Retomando el rol de padres

No es lo mismo que los padres estén a cargo de un hijo adolescente, que un hijo adolescente esté a cargo de sus padres. Si cree que su caso se asemeja más a esta última situación, será tiempo de cambiar su actitud como padre...

Muchas veces, cuando los padres están bajo una considerable situación de
estrés, tienden a rendirse frente a las demandas de sus hijos adolescentes,
dejándolos proseguir en sus erróneas actitudes, y haciendo cualquier cosa que
ellos desean que se haga, como si los mismos fueran jueces y parte. Esto es, sin
dudas, un grave error.

En efecto, una vez que un padres se empieza a rendir ante un adolescente, los
papeles pueden comenzar a invertirse, y es allí donde pueden comenzar los
problemas. Por eso, es importante que todo padre sepa que de él depende la
autoridad y que es su tarea imponer esa autoridad.

En el verdadero rol de padres

Existe una gran diferencia entre mostrar cuidado a su hijo adolescente, y
apañarlo y consentirlo en cada pedido o exigencia que el mismo le realice. De
hecho, nunca se puede querer demasiado a un adolescente, si es que no se lo
desea ayudar verdaderamente, lo que también significa no rendirse a algunas de
sus arbitrarias demandas.

Para aclarar ciertas cuestiones, es necesario pasar un tiempo juntos, donde se
hable de la relación con sus amigos, sus esperanzas, sueños, proyectos de
estudio, etc. Estos momentos pueden ser muy importantes para mejorar la relación
que se mantenga, estableciendo límites claros, -y no distancias, en el mal
sentido de la palabra- y logrando una mayor conexión entre ambos. Por cierto,
jamás debe comportarse como otro amigo adolescente: usted es el adulto y también
el padre, y debe lograr que esos roles permanezcan.

Los adolescentes están llenos de dudas e interrogantes, que necesitan
imperiosamente ser consultadas con sus padres, y no con extraños. Por eso, es
fundamental que los padres estén disponibles para que sus hijos adolescentes
puedan hacerles todas las preguntas que consideren necesarias. Generalmente,
esta etapa de la vida tiene una carga emocional mayor a la de muchas otras, por
lo que es en ese tiempo, más que en otros, cuando los niños necesitan de su amor
y habilidad para entender y ayudar a solucionar sus problemas.

En este sentido, es fundamental ser verdaderamente comprensivo con su hijo
adolescente, sin pensar que sus problemas son algo muy pequeño o que no merece
mayor atención. Durante estos años, cualquier chico lucha duramente para lograr
apoyo de sus pares y sus familiares, buscando, en el último de los casos, una
correcta combinación entre autoridad y ofrecimiento de apoyo. Sus hijos
necesitarán también de mucha de su confianza. El hecho de que usted crea
correcto dársela, o no, será una cuestión diferente.

Ordenes no negociables, actitudes flexibles

Los límites, siempre deben ser muy claros para su hijo adolescente. En primer
lugar, los niños deben saber que necesitan seguir sus órdenes, porque es usted
quien dirige la casa, y porque sabe que es mejor para ellos. Por cierto, esto no
significa que no deba haber un dialogo al respecto, donde sus hijos tengan un
espacio para expresarle sus puntos de vista, pero sí que será usted quien tendrá
las últimas palabras al respecto, preferentemente explicando la razón de cada
orden. Es fundamental que las reglas sean limpias, y que también esté claro que
sucede si estas órdenes no son obedecidas.

Aunque usted pueda sonar demasiado duro, todos sabemos que existen asuntos
relacionados a la seguridad física y emocional, y a valores profundamente
arraigados en la familia, que no pueden entrar en la categoría de órdenes
negociables. Los padres no pueden permitir que un hijo adolescente tome una
decisión únicamente por sí mismos: por ejemplo, cuán tarde puede llegar a su
casa durante la noche, o sacar el auto de la familia sin permiso. Aunque esta
innegociable autoridad suene muy dura, usted debe saber que de ella depende la
seguridad de su hijo adolescente. No será una situación divertida, pero con el
tiempo ellos sin dudas le comprenderán.

Es posible que los adolescentes desafíen estas órdenes no negociables, sobre
todo si ha sido demasiado permisivo hasta el momento, pero, igualmente, será
mucho más probable que las entiendan y respeten si saben sus legítimas razones,
y si las mismas se limitan únicamente a los asuntos que verdaderamente importan;
cuando aprendan que detrás de cada prohibición hay una razón sólida, y que usted
está dispuesto a explicar sus razones cuando se las requieren, usted y su hijo
adolescente lograrán una mayor maduración en la relación, y seguramente el chico
se convierta en un mejor y más responsable adulto, que podrá comportarse de la
misma forma con su futuro hijo adolescente.